Por Álvaro Martínez
El día periodístico es de los que hacen época. Sublime, divertido, emocionante. El número de lectores de hoy en esta casa es abrumador. Gracias a todos. Ha merecido la pena sudar, trabajar, correr… Hemos escrito más de 20 noticias y hemos podido dar más de una exclusiva antes que nadie. Merece la pena formar parte de este proyecto, pero tengo que felicitar a los compañeros que lo han hecho posible. El equipo se ha salido de la tabla. Pero ha llegado la hora de hacer balance. Y vamos con ello.
Urtaran generoso. ¿Papelón?
El nuevo alcalde, Gorka Urtaran, ha dicho pocas cosas. Ha llegado a la alcaldía de mala manera. Como decía su número dos, Borja Belandia a un asesor de Bildu (y les hemos oído): «espero que lo que mal empieza, acabe bien». Blanco y en botella leche.
Pero Urtaran ha dicho dos cosas que le pesarán -para bien o mal- los próximos cuatro años: va a buscar el consenso con todos y a trabajar con humildad. Desde luego, hasta ahora ese no es su estilo. Es justo el contrario. Pero si cumple, le aplaudiremos. Si falta a sus primeras promesas, nos tendrá enfrente todos los días. Y por ahora le damos el beneplácito de la duda. Ya se que muchos quieren sangre en la arena. Pero este medio se compromete con las instituciones alavesas, de entrada. Mucho que demostrar y todo por cambiar.
Y tiene una tarea prioritaria: habrá contado mil veces que Maroto que dividía. Pero él es ahora mismo un alcalde que divide a la ciudad. Y mucho. Lo primero que debe hacer es llamar a su antecesor para engrasar la relación, porque si se mantienen el enfrentamiento, todo su discurso quedará en papel mojado. Recoge una ciudad divida, también por su culpa.
La clase de Maroto
Javier Maroto ha ganado las elecciones, tiene un respaldo ciudadano abrumador, y le han echado. En esa tesitura los estertores se puede poner a cien mil. Y además, el numerito de los votos de Irabazi le podían haber hecho perder los nervios. Todo lo contrario. Mucha clase. Le honra. Y además ya estaba pensando en empezar a trabajar por lo que él representa. Y es mucho. Enhorabuena, porque con tantos ataques e insultos muy pocas personas hubieran aguantado como él. Ya se ha colocado para volver a ganar dentro de 4 años. Y todo llega.
El lunes hizo un esfuerzo de generosidad apelando a la necesidad de aglutinar la ciudad, independientemente de la raza de los ciudadanos. Pero debe seguir luchando contra el fraude. Ahora bien, aunque le hayan herido puesto que ganó las elecciones de calle, debe comprometerse con el futuro porque tiene mucho que aportar.
Larrion: el Cid Campeador
Miren Larrion es la artífice del cambio en el Ayuntamiento. Lo hemos dicho por activa y por pasiva. Fuimos los primeros, hace meses, en avisar del terremoto que venía. Ella manda ahora mismo en el Ayuntamiento. Urtaran deberá hacer lo que ella le diga. Pero también ha llegado la hora de la responsabilidad. No se puede dejar a un alcalde con solo 5 concejales. Es una irresponsabilidad para la ciudad y los ciudadanos.
Es como el Cid Campeador. Ha ganado la batalla después de muerta. Porque a las 13 horas estaba caída, con todo el invento, por la decisión de la Asamblea de Irabazi de no apoyar a Urtaran. Hasta uno de sus asesores se dirigió a Óscar Fernández para pedirle por favor, por favor… (textual) que no la liara. Al final es la gran vencedora.
El ridículo mayúsculo: Óscar Fernández
El concejal de Irabazi se ha debido levantar esta mañana con la estrategia bien preparada para hacer el ridículo. De lo contrario, no se entiende. Si lo organizas no te sale mejor. Ayer se jactaba de que la decisión de apoyar a Urtaran la tomaba su Asamblea. Y los afiliados han dicho que no apoyaban a Urtaran. Más tarde nos ha querido convencer de que el cambio de los socialistas exigía una variación en su voto. Cambalache.
Sin llegar a ser político (era la una de la tarde) ha actuado como cualquiera de los que criticaba. Es el político profesional (desde las dos de la tarde) con menos credibilidad de los 27 concejales. Mucho tendrá que hacer para ser creíble. Ha ido de postureo y le ha salido fatal. Lo de sacar fotos a su voto con el nombre de Urtaran para que quedara claro lo que hacía ha sido la guinda a una pantomima. Que nadie se sorprenda que termine de concejal del equipo de Gobierno a cambio de su espectáculo bochornoso. De Cultura y Deportes seguramente.
El PSE volverá a la responsabilidad
El partido socialista tenía razón. Iba a votar en función de un acuerdo general en Euskadi con el PNV. Ese pacto se ha incumplido por los de siempre: los de Andoni Ortuzar. A nadie le debieran sorprender las trampas. Pero deben pensar en la ciudad y volver a la responsabilidad. A entrar en el Gobierno municipal y a mantener su apuesta de la Diputación.
Pero no lo deben hacer a cualquier precio. Que les cueste. Hoy el pacto con los socialistas es mucho más caro. La factura se ha encarecido: mejores carteras y más.
Cualquiera que fuese el alcalde mientras no sea Maroto era bienvenido. No se puede ser más torpe en su estrategia, tocar los temas sensibles de la ciudadanía para ganar votos a sabiendas de que se iba a quedar más solo que la una a la hora de recabar apoyos de los demás partidos.
¿Lo que hizo el lunes fue un esfuerzo de generosidad? Yo lo llamaría más bien un ejercicio de cinismo en toda regla. Cuando ve peligrar la poltrona hace un esperpento de intento de rectificación con la boca pequeña para ver si cuela y el PNV les permite gobernar.
Dentro de 4 años, si sigue por estos lares, esperemos que haya aprendido y no intente hacer campaña criminalizando a parte de la ciudadanía. Buena señal que los demás partidos se unan en contra de estos discursos. No consiguieron la alcaldía en Badalona y tampoco lo han hecho en Vitoria.
Humilde el chico no es. Esta mañana la ciudad esta más dividida. Gana Bildu, Urtaran , Cuerda, la amatxo…pierde el PNV. La ciudad….pero eso al chico no le importa
Que la ciudad pierda es una opinión, nada más.
La mía es la contraria, que para que Vitoria ganara, tenía que ser capaz de desalojar a Maroto, quien ante la pésima perspectiva electoral de su partido (mayormente por su propia culpa: Gürtel, Rato, Púnica, Valencia, etc, etc…) ha sido capaz de jugar con un tema tan sensible con tal de conseguir los votos necesarios; por cierto, el resultado de las elecciones me genera tremenda inquietud sobre lo rentable que parece ser tocar las bajas pasiones.
Excepto el de Badalona y, no me suena ningún otro alcaldable del PP que se ha haya arrastrado tan bajo, a quien le importe tan poco las posibles consecuencias sociales de su estrategia. También el de Badalona ha sido desalojado (sembrad vientos Maroto, Albiol, y recogeréis tempestades).
Me duele que no haya ocurrido tal con el alcalde de Sestado, Josu Bergara, del PNV, que ha obtenido mayoría absoluta.
Sin Maroto, Vitoria es más amable.
La ciudad no es ni el Ayuntamiento, ni poltronas a repartir..
Luego, no ha división mayor de la ciudad,ni de la ciudadanía vitoriana.
El día a día coloca los grandes titulares en la historia sin tantos sobresaltos como algunos petenden. Nada cambia si no lo hacemos cambiar desde la fuerza colectiva de lo mejorable.
¿Alguien ha visto la división en la gestión sobre centros comerciales, pagos a Antón /San Antón, Sentencias, o falta de inversión en creación de polígono o polo de atracción de empleo?
Es ciudad tiene retos, carencias pero no valen las campañas, sino la realidad que se muestra ante los ojos de concejales, periodistas y verduleras de patio o bar.
Con un alcalde sobre el que recae la sombra de la corrupción. O fue ejemplar todo lo relevante a su plaza de funcionario de sociología en el departamento de bienestar social?
Sin Maroto, Vitoria es más mediocre, pastoreada por un clan de perdedores.