Bilbao, 8 mar (EFE).- La mujeres vascas han vuelto a tomar hoy, Día Internacional de la Mujer, como hace un año, las calles y las plazas de las ciudades y los pueblos de Euskadi para convertirlas, de forma festiva y pacífica, en un clamor por la libertad, la igualdad y el respeto a su integridad y seguridad.
Ataviadas con tocados, prendas y complementos, como pelucas, gafas, lazos o pañuelos, en color negro (en señal de duelo por las mujeres asesinadas por la violencia machista) y morado o lila (icono histórico del feminismo), mujeres vascas de todas las edades y condición han reclamado su derecho a andar por las calles sin temor a sufrir agresiones («Nos queremos libres y no valientes)», y a mandar en sus propias vidas.
También han clamado en contra del «heteropatriarcado capitalista» al que culpan de la brecha salarial que sufren, de una media del 24,4 % en Euskadi, según los últimos datos existentes, de 2016, y de la falta de oportunidades para competir en plano de igualdad con sus compañeros sus carreras profesionales.
La música, a través de altavoces acarreados por las participantes y la creada en vivo por grupos femeninos de percusión, y el ambiente de hermandad y solidaridad entre las asistentes también han caracterizado el desarrollo festivo de la reivindicación feminista.
Madres jóvenes acompañadas de sus hijos, a quienes ataviaron con colores morados para la ocasión, e hijas acompañando a sus ancianas madres, han asistido a las manifestaciones de la mañana junto a numerosas adolescentes que tras las marchas han realizado un «picnic» con bocadillos que se han preparado ellas mismas en sus casas, a la espera de la manifestación de la tarde.
La gran movilización de hoy se ha llevado a cabo tanto en el plano laboral, con paros de dos o 24 horas en los centros de trabajo, como en el social y educativo, con huelga de estudiantes y de trabajos domésticos y de cuidados a sus allegados.
La huelga ha tenido mayor incidencia en el sector de la Educación pública vasca, uno de los más feminizados, donde han parado alrededor del 47 % de los empleados, porcentaje que ha llegado al 66,3 % en las haurreskolas (de 0 a 3 años).
A las movilizaciones, que han tenido lugar por la mañana y por la tarde, las más masivas en las tres capitales vascas, han asistido también algunas mujeres musulmanas que han lucido en sus hiyab, pañuelos con los que se cubren el cabello, los colores morado y lila de la reivindicación feminista.
«Gora borroka feminista» (Viva la lucha feminista) ha sido uno de los lemas más coreados por las manifestantes, que han repetido también múltiples lemas en contra de la violencia machista, con las manifestantes gritando consignas como «no estamos todas, faltan las asesinadas», «quiero andar sola, sin luces ni farolas» y «sola, borracha, quiero llegar a casa».
En las marchas las manifestantes han exhibido carteles individuales con mensajes como «Yo elijo cómo me visto y con quién me desvisto», «Vivas nos queremos, ni una menos» y «Nos quitaron tanto que acabarán quitándonos el miedo». Una mujer ha elegido un cartel con la sencilla inscripción de «Yo soy libre».
Las manifestaciones han contado con el apoyo de los principales sindicatos, como ELA, LAB, CCOO y UGT, y con la presencia de representantes políticos del PNV, PSE-EE, EH Bildu y Podemos.
También ha habido respaldo institucional, como el que ha prestado el alcalde de Bilbao, Juan Maria Aburto, quien ha participado en la manifestación de la tarde en Bilbao junto a concejales varones de su equipo de Gobierno.
Los gobiernos de las distintas instituciones vascas también han mostrado su cercanía a la movilización y la huelga feminista del 8M con la reducción de su actividad pública al mínimo.
El lehendakari, Iñigo Urkullu, ha señalado en Vitoria que el Día Internacional de la Mujer también es una jornada de concienciación para los hombres con el fin de que trabajen por la igualdad.
El Parlamento Vasco, además, ha tenido que suspender su sesión ordinaria de los viernes por falta de «quorum» al haber secundado la huelga las parlamentarias de PNV, EH Bildu, PSE-EE y Eklarrekin Podemos, incluida la presidenta de la institución Bakartxo Tejeria, del PNV.
Las simpatías con el movimiento feminista han llegado también desde el mundo del deporte donde el Athletic ha iluminado el exterior de su estadio de color morado durante el partido de liga que este viernes le ha enfrentado al Español.
Por la tarde, en Bilbao, Vitoria y San Sebastián y otros municipios vascos, se ha reproducido las masivas manifestaciones de la mañana con más asistencia incluso al incorporarse muchas mujeres y hombres que por la mañana no habían estado.
En Vitoria, la marcha ha recorrido las calles que unen el centro cívico Iparralde con la céntrica Plaza de la Virgen Blanca. Durante el recorrido centenares de personas se iban incorporando a la marcha que han abierto tres tractores conducidos por mujeres.
Las manifestantes, mujeres en su gran mayoría, han circulado detrás de una pancarta en la que, entre otros lemas, se leía en euskera, castellano y francés «Las vidas en el centro», y han coreado gritos en favor de la lucha feminista y de pensiones dignas para las viudas, entre otros.
En Bilbao se ha registrado la marcha más multitudinaria, con unos 50.000 manifestantes, según las estimaciones del Ayuntamiento, que el año pasado cifró en alrededor de 60.000 los participantes en la manifestación del 8M.
En San Sebastián, seis portavoces del Movimiento Feminista de Euskal Herria han leído un manifiesto de valoración de la huelga de este viernes, en el que han admitido que carecen de datos «exactos» de seguimiento de la huelga, pero han asegurado que «en muchos centros de trabajo de toda Euskal Herria se ha apoyado» el paro.
Han destacado acciones como el cierre del Corte Inglés en Vitoria, los cortes de tráfico en Navarra o la colocación de una pancarta gigante en San Sebastián.
Tras la lectura del manifiesto, miles de personas, en su mayoría mujeres, han partido en manifestación tras una pancarta con el lema en euskera «Plante al heteropatriarcado capitalista. Huelga feminista. 8 de marzo», que ha recorrido el Paseo de la Concha y las calles céntricas de la ciudad hasta culminar en el Bulevard donostiarra, entre gritos de «Viva la lucha feminista» y «el machismo nos mata», entre otros lemas.