La Sal de Añana, considerada como una de las mejores del mundo, ha presentado su catálogo de productos en los prestigiosos grandes almacenes ISETAN.
ISETAN organiza regularmente exposiciones de productos con temática de diversos países. La exhibición tuvo lugar en la tienda que poseen en Shinjuku (Tokio), la más emblemática de la cadena y considerada como el establecimiento más influyente en las tendencias en todo Japón.
Las labores de presentación internacional de la Sal de Añana en Japón es una continuación de la estrategía iniciada en el 2013, cuando la Fundación Valle Salado de Añana presentó el Valle Salado en el un foro de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, FAO. En aquella ocasión, se celebró un importante encuentro con el doctor japonés Yukio Hattori (Tokio, 1945), referencia mundial de la cocina y la nutrición, y fundador de la más prestigiosa escuela culinaria de Japón, que se comprometió a experimentar en sus nuevas creaciones con la sal que se produce en el Valle Salado de Añana.
La participación en este tipo de eventos representa una gran oportunidad para realizar contactos y abrir nuevos mercados. La producción de sal de gran calidad es una de las líneas estratégicas que la Fundación Valle Salado de Añana está llevando a cabo dentro de la recuperación y conservación de las salinas, un paisaje único formado por miles de plataformas o eras, canales, pozos y almacenes. El Valle Salado ha sido premiado con el Gran Premio Unión Europea de Patrimonio Cultural / Premio Europa Nostra 2015.
La Sal de Añana se exporta ya a 25 países y un 25% de los ingresos proceden de las ventas en el exterior. En la campaña de 2015 se cosecharon un total de 127 toneladas de Sal Mineral de Manantial y 11 toneladas de escamas de Flor de Sal. En cuanto a los ingresos, la Fundación ingresó un total de 474.562 euros por venta de Sal de Añana, frente a los 401.330 del año anterior. Como entidad sin ánimo de lucro, todos los ingresos obtenidos por la Fundación son reinvertidos en la recuperación del Valle Salado.
La Sal de Añana es fruto de la evaporación natural de la salmuera de los manantiales. Su forma de cristalizar es resultado de tres factores: el sol, el viento y las técnicas tradicionales de los salineros.
La calidad de la Sal de Añana está avalada por su producción artesanal y ecológica, y por el reconocimiento de algunos de los mejores cocineros internacionales. Martín Berasategui, Joan Roca, Pedro Subijana, Eneko Atxa, Andoni Luis Aduriz, Dani García, Patxi Eceiza, Francis Paniego, María Marte y Diego Guerrero, 25 estrellas Michelin, la valoran y emplean en sus restaurantes, contribuyendo así a su difusión y la del Valle Salado en su conjunto.