Vitoria esconde una encuesta ciudadana de 14.000 euros

La mitad de los vascos cree que en cinco años aumentarán las dificultades para acceder a una vivienda, un 26 % piensa que serán iguales a las actuales y un 21 % que habrán disminuido.

Así se recoge en un sondeo elaborado por el Gobierno Vasco para analizar las opiniones y actitudes de la ciudadanía de Euskadi en torno al futuro y cuyo trabajo de campo se realizó entre los días 26 y 29 de febrero pasados.

Las principales tendencias al alza son el número de inmigrantes extranjeros (el 81 % de la población considera que habrá aumentado dentro de 5 años), la presencia de mujeres en puestos de responsabilidad (75 %), el número de personas con mascota (72 %) y el uso de energías alternativas al petróleo (69 %).

Las tendencias que se mantendrán son la calidad de los servicios públicos (40 %), el desempleo (40 %) y las pensiones de jubilación (37 %). La única tendencia a la baja prevista es el número de hijos por familia (64 %).

En cuanto a la inseguridad ciudadana, un 46 % de los encuestados piensa que dentro de un lustro habrá aumentado, un 34 % que se mantendrá en los actuales niveles y un 14 % que habrá disminuido.

El 40 % de los vascos cree que la calidad de los servicios públicos se mantendrá como en la actualidad, y es mayor el porcentaje, el 35 %, de los que consideran que mejorarán que los que piensan que habrá disminuido, el 21 %.

La situación económica, principal reto

Por lo que respecta a los retos que Euskadi deberá afrontar en los siguientes diez años, el 35 % ve la situación económica y el mercado laboral en primer lugar. Le siguen la vivienda (24 %), el mantenimiento de los servicios públicos (19 %) y el medio ambiente y cambio climático (11 %).

Tan solo el 1 % sitúa las cuestiones relacionadas con el sector primario entre los dos principales retos que Euskadi deberá afrontar de aquí a 2034.

Otro 4 % cita los «problemas políticos y la autodeterminación», por detrás de otros asuntos como la seguridad ciudadana (7 %) y el envejecimiento de la población (6 %).

En cuanto a posibles cambios futuros en hábitos y costumbres en Euskadi, los más destacados son el uso de la inteligencia artificial en la vida cotidiana (77 %), el hábito de hacer la compra por internet (75 %) y el menor uso del dinero en efectivo (75 %).

El mundo, a peor

La percepción del «futuro del mundo» se encuentra muy equilibrada. En términos generales, los vascos se sienten ligeramente más pesimistas (51 %) que optimistas (45 %). De ahí que los cambios que se avecinan en los próximos diez años se prevé que sean algo más negativos (38 %) que positivos (35 %).

Desde el punto de vista económico, el 56 % considera que la utilización de robots y sistemas automatizados de trabajo podría propiciar un aumento del paro. Una de cada cuatro personas (23 %) piensa que no influirá en el desempleo y el 12 % afirma que dará lugar a la creación de más puestos de trabajo.

Las actitudes ante el futuro más compartidas son que «hay que tener confianza en el futuro, al final las cosas saldrán bien» (61 %), «hay que sacrificarse en el presente para conseguir vivir mejor en el futuro» (57 %) y «el futuro es tan incierto que es mejor vivir al día y pensar en el presente» (56 %).

Ha aumentado el optimismo sobre el futuro de Euskadi. En 2016 el porcentaje de muy o bastante optimistas era el 67 % y ahora asciende al 72 %. Esta misma percepción positiva se aprecia también en relación a la vida futura de quienes son ahora niños, ya que el pesimismo sobre su vida futura desciende del 61 % de 2016 al 54 % actual.

La población vasca cree que dentro de cinco años los jóvenes tendrán más oportunidades que hoy para viajar (34 % en 2016, 39 % ahora), hacer una carrera universitaria (22 % en 2016, 36 % ahora), elegir profesión (19 % en 2016, 27 % ahora), pero, sin embargo, tendrán menos oportunidades que hoy para encontrar trabajo (25 % en 2016, 19 % ahora) o para encontrar vivienda (18 % en 2016, 8 % ahora).

Entre los calificativos más atribuidos a la sociedad vasca destacan los siguientes: «trabajadora» (88 %), «tolerante» (80 %) e «igualitaria» (74 %).

La evolución más destacada a lo largo de los años se ha producido en tres rasgos: más «igualitaria» (ha pasado del 53 % en 2005 al 74 % actual) y «tolerante»” (del 60 % en 2005 al 80 % actual); menos «religiosa» (del 43 % en 2005 al 15 % actual). EFE



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