Ocho bodegueros de Rioja Alta y Alavesa han creado una asociación, ‘Subsierra’, para apostar por esta comarca con el compromiso de elaborar sus vinos con agricultura ecológica, de viñas viejas, propias o de proveedores certificados, todo en busca de la calidad y el prestigio.
La presentación de la Asociación de Bodegueros y Viticultores de Rioja Alavesa y Rioja Alta, Subsierra, se ha celebrado este miércoles en Vitoria.
La forman ocho bodegas: Artuke (marca del bodeguero Arturo de Miguel), Tierra (Carlos Fernández), Carlos Sánchez, Loli Casado, Teodoro Ruiz Monje (José Luis Ruiz Bañares ‘Itu’), Amaren (Juan Luis Cañas), Ostatu (Mariasun Saénz de Samaniego), y Tentenublo (Roberto Olivan).
Todas están en una zona geográfica concreta -la antigua comarca de la Sonsierra, desde Briñas hasta Moreda, al norte del Ebro- donde están pegados pueblos como San Vicente de la Sonsierra, que es La Rioja, y Labastida, que pertenece Álava. Del primer pueblo es la bodega de Ruiz Monge, del segundo, Tierra.
Las ocho son de seis pueblos diferentes, pero con unas características comunes: son bodegas familiares, que entre todas suman solo 318 hectáreas, donde la producción ya es casi toda ecológica y que, en un momento de fuertes excedentes en Rioja, tienen sus vinos vendidos.
A ninguna le sobra vino, han comentado y, de hecho, con una vendimia muy corta como la que acaba de terminar, varias tienen la bodega vacía y van a tener problemas para abastecer a sus clientes.
Por ello, no quieren vender más sino redoblar su apuesta por la calidad y un precio elevado. Así, se comprometen a elaborar sus vinos de modo ecológico, de viñedos viejos -que producen menos-, con uva propia o de proveedores certificados -de la comarca de la Subsierra, no de otras zonas de Rioja-, con vendimia manual -sin máquinas- y un pago justo de la uva a sus proveedores.
Juan Luis Cañas, que ha ejercido de portavoz de la iniciativa, ha explicado que no van a diferenciarse mediante ningún distintivo en las botellas, porque ese no es su objetivo.
«No estamos aquí para estar representados en el Consejo Regulador ni para montar comercialmente algo juntos. Lo que queremos es potenciar la comarca», ha insistido.
Su objetivo es que su iniciativa sea como una «mancha de aceite» que impregne al resto de la comarca para apostar por la excelencia.
De momento son ocho, y aunque ya han recibido las llamadas de más bodegas para interesarse por la asociación, también han advertido de que no es fácil cumplir los requisitos de trabajar solo en ecológico y de que se dirigen solo a bodegas familiares.
«Esto no sirve para inversores. Aquí no vamos a hacer tres millones de litros», han apostillado, sino que defienden el minifundismo, la viñas viejas, la recuperación de variedades antiguas como la benedicto -la «madre» del tempranillo- y la formación de sus proveedores.
A la presentación han asistido la consejera vasca de Alimentación, Desarrollo Rural, Agricultura y Pesca, Amaia Barredo, y el presidente del PP vasco, Javier de Andrés, entre otros.
Quien vender botellas a precio de oro cuando el consumo de vino se ha desplomado, cuando en cualquier sitio hacen vinos de excelente calidad, cuando en cualquier restaurante te atracan al pedir una botella de la carta…..lo único que hacen es confundir al consumidor….si quieren vender que pongan un precio lógico a su producto y no quieran vender humo que es lo que pretenden y a precio de oro