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Julián Negro (EFE).- La opción que tomen en el último momento los indecisos y el nivel de participación en los comicios serán determinantes este domingo para ver qué partido consigue ser el más votado en Euskadi, el PNV o EH Bildu, como auguran varias de las últimas encuestas.

En el último sondeo del Centro de Investigaciones Sociológicas se recogía que casi el 74 % de los encuestados tenían claro que este 21A iba a acudir a votar, por lo que, a priori, la participación debería ser alta. Además se señalaba que el 30 % todavía no tenía decidido el voto, un porcentaje muy alto de indecisos que puede tener mucha influencia en el resultado.

Históricamente, la participación en las elecciones al Parlamento Vasco ha oscilado entre el 60 % y el 79 %, excepto en las de hace cuatro años en las que apenas se quedó en la mitad del electorado.

La participación más baja fue en 2020: el 50,7 %

En 2020 tan solo fue a votar el 50,78 % del censo, el mínimo histórico en unos comicios celebrados en Euskadi. Podría pensarse que esta baja participación se debió a que los comicios se celebraron en plena pandemia y a mediados de julio, pero el desengaño respecto a los políticos pesó más que la covid.

Así se constató en una encuesta realizada por el Gobierno Vasco un mes después de los comicios en el que el 23 % reconoció que no acudió a las urnas por ese desengaño, 3 puntos por encima de los que culparon a la pandemia.

Además, entre los principales factores de esa alta abstención, que siguió la tendencia ascendente desde las autonómicas de 2005, estaban también un menor interés por estos comicios, que bajó del 61 % de las elecciones generales de 2019 al 53 % de las autonómicas unos meses después.

La más alta se dio en 2001: casi el 79 %

Hasta ahora el mayor porcentaje de vascos que participaron en unas elecciones al Parlamento de Euskadi fue en las autonómicas de 2001, cuando ejercieron su derecho el 78,97 % de los censados.

Esto fue por la movilización del voto nacionalista ante la posibilidad de que el PSE-EE y el PP, entonces encabezados por Nicolás Redondo Terreros y Jaime Mayor Oreja, respectivamente, pudieran desplazar al PNV del Gobierno Vasco.

También hubo una importante participación en 1998 cuando las elecciones se celebraron después del llamado Pacto de Lizarra, con una tregua de ETA. La participación llegó al 69,99 %.

En 1994 y 1980, baja participación

Las autonómicas en las que participó un porcentaje menor de electores, después de las de 2020, fueron las de 1994, en las que votó el 59,69 % de los llamados a las urnas, un porcentaje similar al de 1980 (59,76 %).

En 1984 hubo un índice de participación del 68,49 % y dos años después subió hasta el 69,62 %. En 1990 bajó al 60,99 % y cuatro años más tarde al 59,69 %.

Tras las dos citas con altas participaciones (1998 y 2001) la siguiente convocatoria con más participación fue la de 2005, que se situó en el 68 %.

Cuatro años más tarde, en 2009, votaron el 64,68 % de los censados, incluidos 100.939 votos nulos, la mayoría de simpatizantes de la izquierda abertzale que eligió esa opción en protesta por la ilegalización por parte del Tribunal Supremo de sus marcas electorales, Askatasuna y D2M, lo que dejó a ese espectro ideológico sin representación por primera vez en la historia del Parlamento Vasco.

En 2012 y 2016 la participación superó el 60 %, hasta el 63,96 % y el 60,02 %, respectivamente.

Por norma general la participación en las elecciones autonómicas en Euskadi ha sido inferior a la que se ha venido dando en las elecciones generales. En los últimos comicios a Cortes, el año pasado, la participación superó escasamente el 65 %. EFE



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