Un ciudadano lo califica como «susto en el tranvía». Es de esas historias diarias que ponen en valor el trabajo silencioso y eficaz.
Cuenta que la pasada semana en el tranvía de Vitoria, con lleno hasta la bandera, se montó un hombre sin mascarilla y bebiendo de una botella de vino.
«Nos empezó a incordiar y molestar, por suerte estaba en el tranvía el vigilante de siempre. El pasajero que era bastante atlético se dirigió como un energúmeno hacia el vigilante: No se que hizo en la mano o en el codo, que lo sacó del tranvía rápida y discretamente. Intentó entrar por otra puerta pero el guarda se lo impidió. El vigilante nos evitó un espectaculo y retrasos».
Otro testigo de los hechos afirma que el «hombre encargado de la seguridad lo resolvió con toda la discreción. Me gustaría que se lo agradecieran, yo viajaba con niños y estas situaciones les dejan muy mal cuerpo, sin embargo, no se enteraron de nada».
Y otro ciudadano añade: «Lo de este vigilante me parece muy correcto, hacer su trabajo sin dar la nota».
Es un oficio dificil y se les respeta a veces muy poco. Pero hay que ser un valiente, por un borracho en un bar te aparecen dos o tres patrullas de los «superboys» en un minuto, asi cualquiera, pero esta gente va sola y se arriesgan . Tambien estubieron poniendo la jeta durante la pandemia junto con el personal de supermercados. Un aplauso para el segurata. Gracias majo.
Le alabas, pero le llamas segurata….
Gran trabajo el que realiza la seguridad privada .
Bravo !!
Por desgracia, no siempre los ciudadanos se dan cuenta del valor de su trabajo. Cuando hay una reducción para engrilletar. Bien por la seguridad de las demás personas, o bien por la propia seguridad de la persona alterada. Hay ciertas personas que empiezan a increpar al vigilante. Sin saber que ha pasado anteriormente. Grabando con el móvil solo la parte que les interesa. Poniéndole a parir al vigilante. Entorpeciendo su trabajo. Que como bien dice el de arriba, lo hace muchas veces sólo. Con la triste ayuda de una defensa y unos grilletes. Y luchando con el delincuente y a la vez con las personas que le rodean chillandole. Un aplauso para ese Vigilante.
Tan sólo un inciso. Un electricista no es un chispas, un policía no es un madero, un mecánico no es un aprieta tuercas, un periodista no es un junta letras. Y un Vigilante de Seguridad no es un segurata. Aprendamos a hablar con propiedad. Que a nadie nos gusta que nos pongan nombres despectivos en el desempeño de nuestro trabajo.
Un aplauso para ese vigilante.
A ver si toma nota Tuvisa. Hace tiempo que he cambiado el urbano por el tranvía y llego a destino más relajada y segura y menos cabreada.
Iba a dar un premio a este hilo por estar tan bien escrito (¡a veces es difícil entender con tanta falta!), pero Juan nadie va a tener que estudiar este verano toda la conjugación del verbo estar.
Otro día será…