Denuncian giros de 90º en carriles bici de Vitoria

Frente a la sede del Gobierno Vasco va la segunda protesta ciudadana tras las obras de asfaltado del Ayuntamiento de Vitoria. Primero fue la colocación de bancos en el bici carril sin advertir de la nueva ubicación para las bicis.

Ahora, la denuncia ciudadana en el Buzón versa sobre la calidad del nuevo bidegorri. Con giros de 90º como se observa en la foto.

«Las bicicletas no pueden hacer giros de 90 grados. Esto, que parece una obviedad, hace años que no se tiene en cuenta en el diseño de los bidegorris de la ciudad, obligando a quienes circulamos en bicicleta a salirnos de su trazado con el riesgo que esto conlleva, ocupando aceras o incluso carreteras. No añado una localización porque son demasiados, lo cual indica no un error puntual sino un problema estructural. ¿A qué se debe? ¿Falta de formación o capacidad de las personas responsables? ¿Desidia y pasotismo? Porque parece increíble que persistan año tras año.

«2 giros de 90 grados en pocos metros, al lado de la carretera y con un mupi de publicidad obstaculizando la visión, en el nuevo bidegorri del bulevar de Euskal Herria».

Creo exigible una revisión del trazado de todos los bidegorris de la ciudad para corregir este error cuanto antes, así como la revisión de todos los proyectos a futuro para corregirlos sobre plano antes de invertir un solo euro más en bidegorris inutilizados. Mi estado de ánimo no es de tristeza, es de gran enfado e indignación».

Una opinión que gana otros adeptos:

«Los giros de 90 grados en los bidegorris son peligrosos, y mucho más si vienen acompañados de bordillos y/o cambios de rasante. Cuando llueve, la bicicletas no pueden maniobrar en medio metro.

Me gustaría añadir, además, que los trazados (para coches, peatones y bicicletas) deberían de ser fácilmente comprensibles para todas las personas. Actualmente, Vitoria-Gasteiz, es como una casa con taras donde el propietario tiene que hacer el pino-puente para encender el calentador. Si la circulación de una ciudad necesita de que los ciudadanos conozcan los «trucos» de cada calle, es que el planteamiento es incorrecto.

Cualquier persona de fuera que tiene que circular por la ciudad por primera vez se lleva las manos a la cabeza«, concluye.