La histórica exdirigente de la banda terrorista ETA Soledad Iparraguirre, Anboto, ha aceptado este jueves en la Audiencia Nacional ser condenada a 70 años y 8 meses de prisión tras confesar su participación en el atentado cometido en 1987 en el Alto de Armentia de Vitoria en el que murieron dos policías nacionales.
Tras el reconocimiento de Anboto en el juicio el fiscal ha rebajado su petición de pena de 80 años de prisión a la referida de 70 años y 8 meses, a lo que se han sumado la abogada de la acusación, ejercida por la Asociación Víctimas del Terrorismo, y el letrado defensor.
Soledad Iparraguirre ha asumido también la condena a indemnizar con 500.000 euros a cada una de las viudas de los agentes fallecidos así como a cada uno de los dos hijos de ambas, así como en casi 12.000 a una mujer que resultó herida en el atentado, entre otras cantidades por daños producidos en edificios y vehículos de la zona.
Anboto, que puso la voz junto a Josu Urrutikoetxea, Josu Ternera, del comunicado que anunció la disolución de ETA en 2018, acumula ya largas condenas por parte de la Audiencia Nacional y con el celebrado este jueves son ya una decena los juicios a los que se ha sometido en España tras su entrega por Francia en 2019.
Ya ha sido condenada en la mayoría de esas causas a penas que suman siglos de cárcel, en las últimas ocasiones tras alcanzar un acuerdo de conformidad con la Fiscalía en acusaciones como haber ordenado el asesinato del rey Juan Carlos en la inauguración del Museo Guggenheim de Bilbao en 1997.
Ahora será condenada por accionar a distancia el artefacto explosivo que mató a los dos policías en el Alto de Armentia de Vitoria el 6 de agosto de 1987.
Tras la confesión de la acusada la sentencia declarará probado, tal como relataba el fiscal en su escrito acusación, que Anboto, cuando era integrante del comando Araba de ETA, «para acabar con la vida de los funcionarios del Cuerpo Nacional de Policía que habitualmente acudían a una fuente sita en el Alto de Armentia de Vitoria (Álava), participó en la preparación de un artefacto explosivo».
La bomba estaba compuesta por unos 36 kilos de amonal y unos 40 de metralla, y Anboto, «junto con el resto de miembros del comando», la ubicó en una carretera de acceso a la citada fuente.
En ejecución de lo planeado, sobre las 15.50 horas del 6 de agosto de 1987, cuando circulaba por dicho punto el vehículo policial ocupado por los miembros del Cuerpo Nacional de Policía Antonio Ligero y Rafael Muciente, «la acusada accionó a distancia el artefacto haciéndolo explosionar, resultando muertos los dos miembros del citado Cuerpo».
Además, como consecuencia de la explosión, sufrió lesiones una mujer, de las que tardó en curar 63 días, y hubo numerosos daños materiales. EFE
INFORMACIÓN PREVIA: Juicio por matar a dos policías en fiestas de Vitoria
La exdirigente etarra Soledad Iparraguirre, Anboto, se sentará de nuevo en el banquillo de la Audiencia Nacional el próximo jueves acusada de haber accionado el artefacto explosivo que acabó con la vida de dos agentes de la Policía Nacional en el Alto de Armentia de Vitora el 6 de agosto de 1987.
Con este son ya una decena los juicios a los que se ha sometido en la Audiencia Nacional tras su entrega por Francia en 2019. Ya ha sido condenada en la mayoría de esas causas a penas que suman siglos de cárcel, en las últimas ocasiones tras alcanzar un acuerdo de conformidad con la Fiscalía en acusaciones como haber ordenado el asesinato del rey Juan Carlos en la inauguración del Museo Guggenheim de Bilbao en 1997.
En este nuevo juicio, la Fiscalía le acusa de haber sido quien accionó a distancia el artefacto explosivo que mató a los dos policías y le pide 80 años de cárcel por un delito de atentado con finalidad terrorista y con resultado de muerte (30 años de prisión), otro de asesinato con finalidad terrorista (30 años) y un tercero de asesinato frustrado (20 años).
En sus conclusiones provisionales, el fiscal señala que Anboto, cuando era integrante del comando Araba de ETA, «con la finalidad de acabar con la vida de los funcionarios del Cuerpo Nacional de Policía que habitualmente acudían a una fuente sita en el Alto de Armentia de Vitoria (Álava), participó en la preparación de un artefacto explosivo».
La bomba estaba compuesta por unos 36 kilos de amonal y unos 40 de metralla, y Anboto, «junto con el resto de miembros del comando», la ubicaron en una carretera de acceso a la citada fuente.
«La acusada era consciente de que con dicha acción podía ocasionar la muerte de cualquier otra persona que se encontrara en las inmediaciones, y desperfectos en los bienes a los que alcanzare la onda expansiva, lo que asumió», destaca el escrito del fiscal.
En ejecución de lo planeado, sobre las 15.50 horas del 6 de agosto de 1987, cuando circulaba por dicho punto el vehículo policial ocupado por los miembros del Cuerpo Nacional de Policía Antonio Ligero y Rafael Muciente, «la acusada accionó a distancia el artefacto haciéndolo explosionar, resultando muertos los dos miembros del citado Cuerpo».
Además, como consecuencia de la explosión, sufrió lesiones Obdulia Vega Solac, de las que tardó en curar 63 días, y hubo numerosos desperfectos. EFE