Un total de 2.235 personas fallecieron en 2021 sin ver atendidas parcial o totalmente sus peticiones de dependencia en Euskadi, comunidad que no logró recuperar los niveles previos a la pandemia, ya que mantuvo su sistema «en valores muy similares al dramático ejercicio 2020».
Estos datos se recogen en el XXII Dictamen del Observatorio de la Dependencia, en el que se constata que se arrastra aún la paralización de las valoraciones de dependencia que se produjo durante los momentos más duros de la pandemia, en 2020, año en el que entre marzo y diciembre fueron 2.097 lo vascos que murieron en lista de espera.
De hecho, como principal conclusión el estudio recoge que en 2021 el sistema de dependencia «quedó nuevamente paralizado» en el País vasco, «en valores muy similares al dramático ejercicio 2020», lo que implica que el pasado año «no se recuperó el nivel de atención existente en 2019».
El informe revela que entre enero y diciembre de 2021 fallecieron 13.297 personas con solicitud de dependencia en el País Vasco, un 13,3 % más de los esperados. Una vez excluidas las 1.281 que no acreditaban dependencia la cifra se quedó en 12.016 muertes, entre ciudadanos con derecho y pendientes de resolución de grado.
De estas, el 81,4 % estaban siendo atendidas, pero el 18,6 % formaban parte de la lista de espera. En concreto, 374 estaban a la espera de la resolución de grado y 1.861 tenía ya el derecho reconocido, pero no la resolución de prestación.
Con estas cifras, en 2021 la cifra total de muertes de personas en Euskadi sin haber sido atendidas parcial o totalmente por el sistema de dependencia fue de 2.235, número que contribuyó a reducir la lista de espera en un 3,45 %.
El informe analiza el impacto del Plan de Choque para la Mejora del Sistema de Dependencia en Euskadi, comunidad a la que le correspondieron 4,2 millones de este programa. Señala que el País Vasco ha sido la única autonomía que ha reducido el número de personas atendidas, al pasar de 65.757 en 2020 a 65.741 en 2021, lo que supone una reducción del 0,02 % frente al aumento medio nacional del 8,71 %.
El resto de parámetros básicos como las solicitudes de dependencia (107.110, un 1,14 % más que en 2020), las valoraciones (106.624 y un 1,14 % más) y las personas con derecho a prestación (78.831, es decir +0,61 %), se encuentran por debajo de la media estatal.
Euskadi cerró 2021 con un ligero aumento de las prestaciones como la teleasistencia (+1.183), centro de día (+397) y atención residencial (+620), aunque la mayoría no consigue reponer los niveles previos a la pandemia: ayuda a domicilio (-726), centro de día (-307), atención residencial (-224) y ayudas a familiares cuidadores (-1.276).
El informe asegura que el caso de la reducción de en las ayudas a los familiares para cuidar de los dependientes en el hogar no tiene incidencia el covid y que es por tanto reflejo de la «verdadera involución del sistema», ya que es la prestación que han utilizado muchas autonomías en los momentos con más contagios.
Por su parte, los costes directos por la gestión de prestaciones y servicios durante 2021 se estiman en 612 millones de euros. Las instituciones vascas aportan el 67 % de este gasto (57,2 % en la media estatal), el 16,5 % llega de la administración general del estado (21,5 % en la media estatal) y el 16,5 % de lo usuarios mediante copago (21,3 % en la media estatal).
El promedio de gasto público en Euskadi por persona dependiente es de 6.861 euros, un 13,8 % más que la media nacional como consecuencia de un mayor porcentaje de atención residencial y del mayor coste de las prestaciones a familiares cuidadores.
El sistema generó 479 nuevos empleos con la financiación adicional del Plan de Choque, aunque en este campo tampoco se han recuperado los niveles previos a la pandemia. EFE
La pandemia es una excusa. Esto demuestra lo que importa a las instituciones las personas que necesitan cuidados.
Privatizan los servicios públicos, lo que impide que quienes mas lo necesitan se los puedan costear.
Muchxs han muerto en las listas de espera, ¿cuantos han fallecido sin llegar a esas listas?
Dan ganas de llorar… y no parar.
Mientras, nuestros «generosos» políticos (generosos con nuestro dinero, claro) no saben ya qué hacer con lo mucho que recaudan y lo celebran regalándolo a manos llenas a cuestionables colectivos y causas varias, aquí y allende los mares