Por Rosa Díaz . (EFE).- Cinco trabajadores murieron y cientos resultaron heridos el 3 de marzo de 1976 en la carga policial contra los obreros reunidos en asamblea de la iglesia de Zaramaga de Vitoria, un hecho que el director de la película «Vitoria, 3 de marzo», Víctor Cabaco, ha querido rememorar «para que se haga justicia».


«Esperamos que este largometraje sea un granito de arena en la lucha que desde hace más de 40 años lleva a cabo la Asociación de Víctimas del 3 de marzo para que los responsables de aquella matanza cumplan ante la ley», ha señalado el Cabaco en una entrevista concedida a Efe con motivo de la presentación del filme en el BCN Film Fest.

«Vitoria, 3 de marzo» narra uno de los episodios más oscuros de la Transición a través de la historia de Begoña, una joven enamorada de un revolucionario que poco a poco va adquiriendo conciencia social y política.

Cabaco ha intentado ser «muy fiel» a los hechos reales, pero ha elegido la ficción para narrarlos porque «es la mejor manera de llegar al público. A la gente joven le entra mejor la historia de esta manera que en un documental».

En su opinión, «evitar que estos sucesos históricos se olviden es esencial», por lo que ha elegido «el lenguaje audiovisual que mejor sirve a este objetivo».

La película se desarrolla durante los días previos a la desproporcionada carga policial y el clímax es la masacre, en la que se mezclan imágenes de ficción con grabaciones reales de vídeo y audio procedentes de los archivos de Agencia EFE y RTVE, entre otras fuentes.

Una combinación de realidad y ficción que se apunta desde el inicio del filme, pero que llega a su momento álgido en la escena de la matanza, en la que adquieren especial protagonismo las grabaciones de audio de las conversaciones entre las patrullas policiales responsables de la carga en la iglesia.

«Manden fuerzas por aquí, ya hemos disparado más de dos mil tiros», «dile a Salinas que hemos contribuido a la paliza más grande de la historia», «aquí ha habido una masacre» y «muchas gracias, buen servicio» son algunas de las frases reales que se oyen mientras los protagonistas intentan huir de la ratonera en la que se convirtió la iglesia de San Francisco de Asís de Vitoria.

«Campanadas a mort», el tema que Lluís Llach compuso conmovido por estos hechos, forma parte de la banda sonora, junto a canciones emblemáticas de la época de Paco Ibáñez y George Moustaki.

Mas de cuarenta años después, estos hechos siguen de actualidad debido a la reapertura del caso por la juez argentina María Servini de Cubría, que considera a Rodolfo Martín Villa responsable de la represión.

«Tenemos grabada una escena que recrea la rueda de prensa posterior, en la que Fraga dijo que la culpa era de los manifestantes, pero finalmente la hemos quitado porque las imágenes de la matanza son tan impactantes que añadir cualquier cosa detrás es un error», ha revelado el director.

La escena final tiene un alto grado de verosimilitud gracias, en gran parte, a la implicación de la población de Vitoria. «Aparecieron 500 voluntarios por la mañana y 500 por la tarde», ha recordado Mikel Iglesias, que da vida al joven revolucionario del que se enamora Begoña, interpretada por Amaia Aberasturi.

«La gente me ayudó mucho a construir mi personaje -ha explicado Iglesias- porque muchas personas recuerdan aquellos hechos como si fuera ayer y venían a contarme lo que ellos vieron, lo que vivieron y como eran las cosas entonces».

Ruth Díaz, José Manuel Seda, Alberto Berzal, Iñigo de la Iglesia, Iñaki Rikarte, Oti Manzano y Asier Macazaga completan el reparto de este filme, que se estrenará el próximo 1 de mayo en 60 pantallas de toda España. EFE



1 Comentario

  1. y por que no recordamos tambien los curas ejecutados por la izqueieda esos que estan representados en una cruz en OLARIZU

    Estos dias quemaron NOTRE DAM (de echo en 10 meses, quemaron 10 incendios de iglesias) por los mismos que ahora estan reescribiendo la historia

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