Opinión Norte Exprés.

Ya han pasado los primeros días de la campaña electoral en Vitoria y Álava. Las cosas han cambiado en estos primeros embates. Si en la pre campaña PP y EH Bildu copaban el ritmo político. Ahora ha sido el PNV quién se suma a la fiesta.

Un PNV atemorizado, reacciona

Veníamos diciéndolo hace días. El PNV estaba en tierra de nadie. O comenzaba a hacer algo o no salía de la parálisis. Y esta semana ha hecho casi todo bien. Ha impuesto ritmo. Eso sí, ha tenido que atemorizarse para reaccionar.

Y es que apareció la encuesta del CIS que daba la victoria a Maroto por goleada (ese estudio que no se cree nadie) pero que acogotó a los nacionalistas alaveses. Se pasaron el día repitiéndose: no es creíble, vaya broma… Pero con el miedo metido en el cuerpo.

Al día siguiente, apareció -que casualidad- una encuesta de Gobierno Vasco que les metía en la pomada con el famoso triple empate (PP, PNV y EH Bildu). Balón de oxígeno para mitigar el susto del día anterior. Esta sí es creíble, se repetían entre ellos en un exceso de optimismo.

Pero esta semana lo han hecho casi todo bien: sacaron a Ramiro González ante los empresarios y triunfó. Lo normal, porque de es de lejos el mejor candidato de la pareja del PNV (algún día nos explicarán porqué lo tapan frente a Urtaran). Luego, el candidato municipal hizo público el respaldo de José Ángel Cuerda, ex primer edil vitoriano. Y eso no es malo: tiene amigos y detractores, pero fue el que más votos logró siempre, aunque los jóvenes no saben ni de que les hablan. Y por último se metieron los primeros a la pomada de defender Foronda y el vino alavés. Elementos que la gente comprende a la primera.

Un borrón: Urtaran doce que su primera medida sería bajar los impuestos a las grandes empresas. Hay otras decisiones más importantes para que sea la primera.

El PP se adormece

El PP no encuentra su sitio en estos primeros días. Una campaña light, flotando, en terreno de nadie. Exactamente lo mismo que le pasaba al PNV hace semanas. Se enfrascó contra EH Bildu y deja de confrontar, pero como no emocionan sus mensajes está más plano que una tabla de surf.

Y eso es malo, muy malo para sus intereses. Están tan sobados, que incluso le permiten al PNV que los nacionalistas hagan bandera de los estandartes alaveses: el vino de Rioja o Foronda.

Del resto, EH Bildu sigue igual (batallando), mientras que Podemos, Irabazi y Ciudadanos buscan su hueco. Seguiremos.

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