No solo suspenden Fiestas de Vitoria por covid ¡Hubo más causas!

Este año no habrá Fiestas de Vitoria, al igual que el año pasado, en ambos casos por la crisis del coronavirus. Pero no son las únicas veces que se han suspendido. La falta de dinero y la abolición impuesta, fueron motivos históricos de las primeras cancelaciones.

La Historia de las fechas festivas en Vitoria

Las fiestas de Vitoria no se han celebrado siempre durante los cinco días que conocemos. Hubo un tiempo, hasta bien avanzado el siglo XVIII, en el que las fiestas se celebraban en el mes de julio, coincidiendo con la festividad de Santa Ana (día 26), patrona de dos vecindades vitorianas. En 1824, se cambiaron por primera vez los números rojos del calendario y las fiestas se trasladaron a los cuatro últimos días del mes de agosto.

No sería el último cambio. En 1863, las fiestas se celebraron los días 15, 16 y 17 de agosto, coincidiendo con la festividad de la Asunción de Nuestra Señora.

Primera anulación

En 1870 no hubo fiestas, debido a la penuria del tesoro municipal. 

Más adelante, las celebraciones se trasladaron a los primeros días del mes de septiembre. Así, en 1880, el día 2 de ese mes se inauguró la plaza de toros. Hasta esa fecha, los astados se habían lidiado en la plaza de España. En ella, los balcones servían de palcos.

A pesar de celebrar la semana festiva en septiembre, el día de La Blanca se seguía festejando y, prueba de ello, es la crónica del diario El Anunciador Vitoriano del 5 de agosto de 1880: “Hoy celebra nuestra Ciudad la fiesta de su Patrona, Nuestra Señora de la Blanca. De la antigua solemnidad que revestía esta gran fiesta no queda en los tiempos actuales más que la tradicional misa mayor con asistencia del Ayuntamiento”. Pero dos años más tarde, en 1882, se puso en cartel uno de los programas más variados conocidos hasta la fecha. La novedad también afectó al calendario de celebración: del 1 al 7 de agosto.

Ante tanto cambio de fecha, en 1883 el Ayuntamiento de Vitoria, tomando en consideración la sugerencia del concejal Lutgardo Martínez de Osaba, decidió asentar las fiestas en el mes de agosto para hacerlas coincidir con las festividades religiosas de Nuestra Señora de La Blanca y coincidiendo con las jornadas actuales. El acuerdo, eso sí, tuvo que contar con el beneplácito del ministro de Fomento, quien autorizó el cambio. Ese año 1883 fue el primero en el que se utilizó en el cartel anunciador de fiestas el recordatorio “en honor a la Virgen Blanca”.

Pero lo que parecía el principio de una tradición se modificó justo un año después. En 1884, las fiestas se adelantaron una semana, del 1 al 6 de agosto. Fue una excepción, ya que a partir de 1885 las fiestas de Vitoria se celebran del 4 al 9 de agosto.

Otra anulación (2 años)

En 1892 el Ayuntamiento acordó su abolición. Hubo pacíficas protestas y cierta manga ancha porque se permitieron verbenas en algunas calles, con tamboriles, charangas e iluminaciones. A pesar del veto consistorial, la mañana del día de La Blanca se celebró el Rosario de la Aurora.

De las fiestas celebradas dos años más tarde, en 1894, Julián de Apraiz dijo: “Ningún año como el presente se han tributado a la Excelsa patrona de Vitoria tan merecidos y tiernos homenajes”.

Extraordinarias también fueron las de 1897, en cuyo cartel apareció por primera vez la imagen de la Virgen Blanca. Ese año destaca la aparición del Rosario completo de los faroles. Para la iluminación de la ciudad se concedieron 10.000 cazoletas y 5.000 velas. En los “Cantares vitorianos” que un escritor vitoriano publicaba en La Libertad, se podía leer: “Dos cosas tiene Vitoria que han de llamar la atención: el alumbrado en la Ciudad y la nueva procesión”.



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