(EFE).- Sesenta cines de toda España estrenan este miércoles «Vitoria, 3 de marzo», la película dirigida por Víctor Cabaco que recuerda la muerte en 1976 de cinco trabajadores y cientos de heridos como consecuencia de una carga policial contra obreros reunidos en asamblea en la Iglesia de Zaramaga de la capital alavesa.

La película, que se exhibió este mes en el BCN Film Fest, llega ahora a las salas para recrear la «herida abierta» que mantienen los vitorianos y recordar que este episodio oscuro de la Transición sigue impune al no haberse juzgado a los responsables de la orden dada a la policía armada de cargar con gases lacrimógenos y munición real contra los obreros.

El actor Mikel Iglesias y la actriz Amaia Aberasturi han explicado a Efe su experiencia como protagonistas de la película, en la que dan vida a una pareja que se ve inmersa en la lucha obrera que tuvo lugar los días previos a la matanza del 3 de marzo y que «va a permitir que el espectador conozca una historia necesaria, con un sabor amargo y que lleva a la reflexión».

«La película invita a pensar y a recordar para que esto no vuelva a pasar», asegura la actriz. Su compañero de reparto, Iglesias, lamenta que «se escondieran» datos de estos sucesos, «que no se han contado a la sociedad» y que ahora la película busca sacar a la luz «con una ficción basada en hechos reales donde se puede llegar al público de forma más fácil» y que les muestre la situación de esos días.

Para el actor ahora es «un buen momento» para contar esta historia en la que, a pesar de ser un drama, se narra esa historia de amor «dentro de otra que es muy dura» y con la que se busca llegar a un público joven que se identifique con esta pareja «que crece de golpe con todo lo que les pasa».

A través de la película la evolución de ambos personajes muestra la situación que vivieron los vitorianos esos días, la lucha por sus ideales y la huella que dejó en la sociedad esas cinco muertes, que se ha evidenciado con la participación de voluntarios en el rodaje, sobre todo en la multitudinaria escena final de la carga policial en la iglesia.

«Gracias a ellos la película es lo más verosímil posible», asegura Aberasturi, mientras que Iglesias recuerda cómo las 800 personas que participaron en esa escena final «y vinieron con la ropa que seguramente habrían llevado ese día» demostraban que «hay una herida abierta» que, como actores, quieren que se escuche «allá donde se pueda».

«Parecía que no estabas haciendo una película, sino que estuviéramos volviendo atrás, a lo mismo que pasó ese día», evoca.

El estreno de «Vitoria, 3 de marzo» supone dar visibilidad a la lucha de las víctimas, quienes tras la negativa de la justicia española a juzgar estos hechos al considerar que la Ley de Amnistía lo impide, tienen la vista puesta en la nueva citación que la jueza argentina María Servini realizó el pasado 28 de marzo para que el exministro Rodolfo Martín Villa declare por estos hechos.

Servini se ocupa desde 2010 de la querella abierta en Argentina por los crímenes del franquismo, y llegó a dictar una orden de detención contra Martín Villa, que retiró en marzo de 2018, por su papel como ministro de Relaciones Sindicales cuando sucedió la matanza. EFE



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