Juicio Vitoria:

EFE).- La representante de la Fiscalía de Álava en el juicio por la muerte de una mujer acuchillada por su marido en Vitoria en 2015 ha argumentado hoy que el hombre asesinó a su esposa porque la prefería muerta a que se divorciara de él.

La Audiencia Provincial de Álava ha celebrado hoy la última sesión del juicio con jurado por la muerte María, de nacionalidad rumana, cuyo marido, también rumano, confesó a la Ertzaintza el crimen cometido en el domicilio familiar el 2 de abril de 2015. La Fiscalía pide 19 años de cárcel por un delito de asesinato, con la agravante de parentesco y la atenuante de confesión.

Tras una semana de juicio, hoy ha sido el turno de las conclusiones, y la fiscal ha pedido al jurado que tenga en cuenta que en este caso no se discute la culpabilidad del procesado, que ha reconocido los hechos, sino si se trata de un homicidio -como mantiene la defensa- o de un asesinato, que implica una pena de cárcel mayor, como ella y el resto de las acusaciones en este procedimiento solicitan.

Así ha argumentado que durante la vista ha quedado acreditado que el hombre actuó con alevosía y que vino de Rumanía -donde había estado en prisión- tres días antes con la intención de matar a su esposa si persistía en su intención de divorciarse de él.

Ha añadido que la mujer estaba sentada cuando recibió la primera cuchillada y que le tapó la boca para que no gritase y que incluso le impidió pedir ayuda, ya que había restos de sangre que muestran que intentó acercarse a la ventana.

Ha negado, como mantiene la defensa, que la víctima portara también un cuchillo en el momento del ataque y ha recordado que varios forenses explicaron que las heridas que ésta presentaba en ambas manos eran defensivas y no podrían haberse hecho de tener un arma blanca en ellas.

Para explicar la presencia de dos cuchillos en el lugar, la Fiscalía ha incidido en que los informes periciales han constatado que el cuchillo que portaba el procesado se rompió en el primer ataque y que cogió otro de la cocina más grande para asestarle la puñalada en el pecho que le afectó el pulmón y que acabó con su vida.

También ha afirmado que los tres hijos, de 10, 8 y 2 años, estaban en la casa cuando sucedieron los hechos, y no sólo la niña más pequeña como dice el procesado, y que así se puede constatar en varias pruebas como el dibujo sobre lo que vio que pintó uno de ellos.

Ha acusado al hombre de mentir y ha recordado que María -que según varios testigos había sufrido maltrato por parte de su marido- quería divorciarse de él porque no estaba dispuesta a que sus hijos crecieran teniendo como referencia a un maltratador o a un delincuente.

Ha recordado que no hay ninguna prueba de que la víctima tuviera una relación y que la llamada de teléfono de un supuesto amante en el momento de los hechos causara un «arrebato» en el acusado que motivara su acción. Sí hubo una llamada, pero se trató, según la fiscal, de un amigo de la pareja para anular un plan que tenían para esa tarde.

«El confesó el delito y nada más», ha subrayado la fiscal que ha recordado que, según el testimonio de los médicos, la mujer podría haber salvado la vida si el acusado hubiera llamado inmediatamente a una ambulancia.

«Murió ahogada en su propia sangre y sus hijos fueron testigos mudos de la agresión», ha descrito por su parte la abogada del Estado, que pide 25 años de cárcel, y que ha suscrito los argumentos de la Fiscalía, algo que también han hecho los abogados de los padres de la víctima, del Consejo del Menor y de la Asociación Clara Campoamor.

Se da la circunstancia que la letrada de los padres gestionó el proceso de divorcio de María y en su argumentación hoy ha asegurado que la imagen de «penitente nazareno» que ha mostrado él en el juicio es una «máscara» que no se corresponde con su perfil. «Él quiere una coartada que le libre del asesinato», ha añadido.

La defensa ha pedido al jurado que no se deje llevar por afirmaciones que no se han probado en el juicio y que buscan la «pena» y la «lástima».

Ha dicho que su defendido es una «víctima» de las circunstancias que le han tocado vivir, ha dicho la verdad desde el primer momento, no se ha escondido y ha colaborado con la justicia, por lo que ha pedido un veredicto «justo» para él.

El acusado ha intervenido finalmente para mostrar su arrepentimiento y ha pedido perdón especialmente a los padres de su mujer.

Ahora el jurado deberá emitir un veredicto antes de que el tribunal dicte sentencia.



Dejar respuesta