¿Iluso? ¿Optimista? Pierde el móvil en Vitoria y...

El Instituto Vasco de Consumo-Kontsumobide ha alertado de un aumento de fraudes por SMS en los que los delincuentes se hacen pasar por el hijo o hija de la persona que recibe el mensaje y piden dinero a través de Bizum o transferencia bancaria porque dicen estar en apuros o que han tenido que cambiar de móvil.

Los estafadores pretenden dar una sensación de emergencia para que la víctima actúe con rapidez y sin pensar ni razonar lo que está ocurriendo. Por eso mismo, Kontsumobide, recomienda antes de tomar ninguna decisión «recurrir al sentido común e intentar contactar a través de otro medio» con el familiar en supuestos apuros.

La entidad insta además a fijarse en cómo están escritos esos mensajes fraudulentos, ya que es habitual que contengan faltas de ortografía.

Ante el crecimiento de la ciberdelincuencia, el Instituto Vasco de Consumo ha recordado las pautas de actuación en estos casos.

Si se tienen dudas sobre la veracidad del SMS hay que tratar de contactar con el familiar en su número de teléfono habitual y nunca en el nuevo número que indica el SMS. Otra opción es llamar al número remitente del mensaje y realizar una pregunta que solo sepa responder el hijo o hija.

Si la persona que recibe el SMS no ha llegado a interactuar con él ni ha efectuado ningún pago, debe bloquear el número y eliminar el SMS. Adicionalmente puede informar del fraude al Instituto Nacional de Ciberseguridad Incibe.

En el caso de haber interactuado con el mensaje o haber pagado hay que avisar cuanto antes a la entidad bancaria para que pueda tomar medidas de protección. Es recomendable obtener una prueba de dicha comunicación, como un número de registro, un acuse de recibo o un copia de email, por ejemplo.

Además, es conveniente presentar una denuncia ante la Ertzaintza, la policía municipal, la Policía Nacional o la Guardia Civil; así como reportar y bloquear a través de WhatsApp el número usado por el supuesto familiar para contactar.

Kontsumobide aconseja también guardar todas las pruebas posibles del fraude: capturas de pantalla, números de teléfonos utilizados, conversaciones y justificantes de transferencias o Bizum si los hubiera.

De manera general la entidad recomienda ante cualquier sospechosa no fiarse y aplicar la regla de «confianza cero», lo que pasa por no seguir las indicaciones recibidas ni compartir información personal, bancaria o sensible, aunque el mensaje parezca venir de alguien cercano. EFE

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