En las últimas horas la fama de Vitoria crece en los medios de comunicación nacionales e internacionales. Estamos de moda, y no por cosas bonitas. Si ayer era por los dibujos en las carreteras y el caos del cruce en Beato, hoy por las «no fiestas».
La Policía no ha querido dar detalles de nada festivo en su parte oficial. Como si no pasara nada. Pero quien salió, lo vió.
Después, Televisión Española ha informado de fiestas, aglomeraciones, y sin mascarillas en Vitoria.
Lo hemos llegado a ver con el subtítulo: Botellones en Vitoria.
Al mediodía, la locutora dice: «Esto es Vitoria anoche, decenas de jóvenes en el Casco Viejo en las no fiestas de la Virgen Blanca. Sin distancia, como se ve, y sin mascarilla».
Ese era el adelanto en el minuto 2 y 35 segundos. Luego el reportaje más amplio en el minuto 5. PINCHA AQUÍ EL PROGRAMA. Con conexión en directo. Y diciendo que las mascarillas estaban de adorno.
Una vez más la Kutxi cómo ejemplo de descontrol en Vitoria. Todo gracias a los autodenominados ‘hosteleros responsables’ que han dejado hacer a los niñatos lo que les de la gana, mientras un vecino de avanzada edad residente de la calle se quejaba que apenas pudo entrar en su propia casa.
Hasta los huevos de tanta dejadez.
Están convirtiendo el Casco Viejo en un estercolero insalubre y peligroso dando una imagen penosa al visitante. Borrachos, suciedad, peleas, inseguridad y todo esto sabido, consentido,tolerado y permitido por nuestras autoridades que son incapaces de afrontar este problema. Inútiles.
Estamos más que hartos de todo esto.
Con bares cerrados y sin gentuza borracha, dudo mucho que hubiera existido esa imagen vergonzosa que no solo está siendo vista en España, sino que ya se ha visto en varios lugares de Europa.
A ver si de una vez Europa impone las normas en este hazmerreír de país…
Pobres hosteleros: ellos que son los mayores garantes del bien hacer, y que no se les tolere unos pecadillos veniales por hacer cuatro perrillas de nada y por aguantar a una manada de imbéciles con menos seso que un mosquito. Dios los crea y ellos se juntan.