Los psicodélicos, como el éxtasis o el LSD, son útiles para tratar la depresión, con la ayuda y bajo control de un terapeuta especialmente formado, y podrían ayudar también a superar adicciones, según ha expuesto el doctor Óscar Soto, del Parc Sanitari Sant Joan de Déu de Sant Boi de Llobregat (Barcelona).

Soto ha explicado en el XXXIII Curso Nacional de Actualización en Psiquiatría sus investigaciones en el uso de psicodélicos en salud mental, un «cambio de paradigma» que está mostrando unos «resultados prometedores» y se perfila como una solución para pacientes que no mejoran con otros tratamientos.

Un psicodélico es una sustancia que causa estados alterados de conciencia. Las sustancias que se usan en los estudios médicos -sintetizadas en laboratorio-, cuentan con todos los certificados de calidad y con la aprobación de las agencias europea y española del medicamento, pero realmente son muy similares a las sustancias que utilizan las personas de manera recreativa como el MDMA (éxtasis), el LSD o la psilocibina que se encuentra en los hongos alucinógenos.

Lo que se hace es aislar ese compuesto y administrarlo en un contexto y unas circunstancias determinadas, con un ambiente controlado, cómodo y adaptado en cuanto a estímulos, luz y sonido y con profesionales especializados.

Todo ello para inducir un estado alterado de constancia orientado a propiciar cambios a nivel cerebral que se traducen en mayor facilidad para modificar la conducta y desarrollar nuevas perspectivas ante los problemas, entre otras cuestiones. No es un tratamiento únicamente farmacológico ya que requiere también de sesiones de terapia.

Soto ha explicado que esos estados alterados también pueden servir para superar adicciones ya que es posible enseñar al cerebro nuevas estrategias ante la ansiedad que lleva a consumir. La terapia ayuda por su parte a «sustituir» esas conductas por otras, algo fundamental porque en caso contrario el paciente recaería.

Los psicodélicos son sustancias muy seguras, pero si se administran a personas con determinadas predisposiciones, o en contextos inadecuados, pueden dar como resultado un empeoramiento en ciertos trastornos mentales. Por eso es importante hacer un cribado previo y una valoración minuciosa para entender quién se puede beneficiar de este tratamiento, ha explicado.

El doctor y su equipo han concluido recientemente un ensayo clínico y están finalizando otros dos más, en los que han constatado una mejoría muy rápida, muy importante y sostenida en el tiempo de los síntomas de depresión. Eso es lo más importante y es el principal objetivo del estudio.

Una de las ventajas del uso de psicodélicos sobre otros tratamientos es que se administran en muy pocas ocasiones (una, dos o tres veces).

Hasta ahora estas sustancias se utilizaban en personas con depresiones resistentes que no habían respondido a otros tratamientos, debido a su condición de sustancias experimentales, pero ahora hay en marcha investigaciones para usarlo en otras indicaciones, como en las citadas adicciones o en el trastorno por estrés postraumático. EFE

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