El notable uso de las terrazas de bares en Vitoria por motivos de las restricciones en el interior de los locales ha generado un aumento importante de suciedad.
Colillas, servilletas, azucarillos, papeles, pipas… que quedan en el suelo tras el cierre de los locales. Aumentan , por tanto, las críticas ciudadanas a este respecto. Y hay quien piensa que no barren al finalizar la jornada y lo dejan para el siguiente día.
¿Pero que dice la norma del Ayuntamiento?
El artículo 35.2 de la Ordenanza de Limpieza Pública establece que la limpieza general de terrazas, veladores, y demás elementos de establecimientos públicos o de hostelería, se realizará en el plazo de 2 horas contadas a partir de la hora de cierre del establecimiento, con independencia de que en todo momento se mantengan las debidas condiciones de limpieza e higiene».
Y se deben hacer cargo «los propietarios o responsables de los locales».
¿CUMPLEN?
Hay vitorianos que creen que en «la mayoría de locales ni se realiza, ni la Policia local mira por ello», aseguran en el Buzón Municipal.
En algunos locales, se ha visto a los empleados con la escoba en la mano. Sin embargo hay zonas ajardinadas, como en Naciones Unidas, llenas de plásticos entre otros, igual tienen que ver los bares cercanos, que no limpian y el aire lo acumula en estos jardines. Lo cierto es que en las zonas de terrazas, hay mucha suciedad.
No solamente en los bares, detrás del Mercadona de lakua nuestros jóvenes tienen montadas allí los guateques y dejan todo hecho una porqueria.
Luego se quejan de que se siente marginados respecto a los demás gremios. La mayoría son unos cerdos. No hay una terraza donde pongan papeleras de mesa, ceniceros o platillos para dejar los huesos de las aceitunas, servilletas husadas, palillos, etc, etc. Hay muchos clientes tan cerdos como los hosteleros, pero muchas de las veces obligados a tirar los residuos al suelo. No espabilan ni con los cierres; se meten en negocios para los que no están capacitados. ¡Albañil, a tus ladrillos! Los que les han tolerado siempre, y les siguen tolerando, sus pésimos hábitos, son tan culpables como ellos. El alcalde y los concejales ven todos los días sus incumplimientos, (no entrega de tiques, banderillas sin protección, váteres sucísimos e insalubres, las terrazas sin servicio de camareros, las mesas sin recoger durante largos ratos, mesas sin ceniceros ni papeleras, las barras asquerosa en horas punta, los suelos bajo la barra asquerosos por falta de papeleras, los camareros sin el menor conocimiento de hostelería…). Lo ven cada día y son como ellos o peor por su dejadez en la exigencia del cumplimiento de las normativas que ellos mismos promulgan. A los hosteleros que incumplan las normas, deberían cerrarles sus negocios hasta que aprueben un examen de conocimientos sobre sus trabajo, y al alcalde y concejales una buena multa por desidia. Los unos y los otros, se ríen de nosotros y nos toman por tontos.