(EFE).- Expertos en salud mental que asisten al congreso nacional de psiquiatría que se celebra en Vitoria-Gasteiz han alertado hoy del peligro del cannabis sintético, cada vez más consumido, y que no se detecta en los test habituales de los controles de tráfico.

Más de 400 expertos en salud mental de toda España se reúnen desde hoy hasta el sábado en Vitoria-Gasteiz en la vigésimo cuarta edición del Curso de Actualización en Psiquiatría, cita en la que se presentarán las diferentes alternativas terapéuticas que se barajan en el siglo XXI.

La profesora de la Universidad Autónoma de Barcelona y psiquiatra del Instituto barcelonés de Neuropsiquiatría del Parc de Salut Mar, Marta Torrens Mélich, ha advertido en la conferencia inaugural del aumento del consumo de cannabinoides sintéticos, también conocidos como «spice» o marihuana sintética, que se venden con formas diversas, como incienso por ejemplo, y que se encuentran en «una situación de alegalidad».

Su aparición, según Torrens, responde «al continuo juego del gato y el ratón entre la legislación y los laboratorios clandestinos», ya que sustituyen a las sustancias ilegalizadas y se presentan como productos «no aptos para el consumo humano».

La psiquiatra ha explicado que el cannabis que proviene de la planta tiene muchos compuestos, entre los que destaca el tetrahidrocannabinol (THC), principal psicoactivo y responsable de los efectos nocivos para la salud, y el cannabidiol que, por el contrario, puede tener un efecto protector.

«Los laboratorios clandestinos están creando compuestos sintéticos en los que se potencia el efecto del THC y desaparece el ‘protector’ del cannabidiol, por lo que los efectos psicoactivos son mucho más potentes y por lo tanto más perjudiciales para el organismo y la salud mental», ha señalado.

Además, estos compuestos se preparan en laboratorios clandestinos, sin ningún control, por lo que se desconoce no sólo su composición, sino sus efectos sobre la salud humana, ha advertido.

Torrens ha comentado a sus compañeros psiquiatras que estos compuestos químicos no son detectados por el momento en los controles de consumo de drogas estándar que se realizan para prevenir los accidentes de tráfico por lo que, además del riesgo para el propio consumidor, «la alegalidad del cannabis sintético también pone en peligro la seguridad vial de una manera muy clara y directa», ha afirmado.

La profesora ha recordado que uno de los principales efectos del consumo de cannabis sobre la salud mental es que provoca una disminución del rendimiento cognitivo y crea problemas de atención, aprendizaje y memoria, que influyen en el fracaso escolar y en una alteración del juicio que puede desinhibir ante conductas de riesgo como la seguridad vial y relaciones sexuales.

El segundo efecto es la posibilidad de que provoque enfermedades mentales graves, como los cuadros psicóticos, entre ellos la esquizofrenia.

La experta catalana ha constatado que «cuanto antes se empieza y más se consume, más riesgo hay de que aparezcan esos problemas de salud mental y de que haya adicción al cannabis».

Por ello ha desmontado la idea de que «no será tan mala» esta droga si se usa con fines terapéuticos como dolores crónicos o incluso se está analizando su legalización.

Torrens ha dejado claro que «algo que es útil para un fin puede ser perjudicial para otros muchos aspectos», como ocurre con la morfina utilizada para controlar el dolor y de la que se deriva una droga tan destructiva como la heroína, y ha recordado que en España drogas legales como el alcohol y el tabaco producen muchas más muertes y enfermedades que los estupefacientes ilegales. EFE



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