Hablan presos de la cárcel de Álava
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«Todo el mundo se merece una segunda oportunidad», así se manifiestan varios presos del Centro Penitenciario de Álava que han participado en el documental «Historias de la cárcel», patrocinado por el Gobierno Vasco, que pretende ser un alegato a favor de esas segundas oportunidades.

La consejera de Igualdad, Justicia y Políticas Sociales, Beatriz Artolazabal, ha participado en el interior de la cárcel alavesa en el preestreno de este documental junto a la periodista y directora del programa «Aquí y Ahora» de ETB, Eider Hurtado; el director de este centro penitenciario, Benito Aguirre, y un centenar de presos, entre ellos la decena de internos y trabajadores que han colaborado con sus testimonios en el mismo.

«Historias de la cárcel», que se emitirá hoy en la televisión pública vasca, muestra los motivos que les han llevado allí y los daños colaterales de sus acciones pero también sus ilusiones, sus temores, las rutinas diarias y los entresijos de una cárcel como la alavesa con 725 internos

Entre los presos que han colaborado en este documental está Fernando, que cumple condena por tráfico de drogas, está en rehabilitación y trabaja en los talleres de la prisión para una empresa externa. Él reconoce que la cárcel es dura pero también que le ha salvado la vida.

O el caso de Pedro que, con una vida marcada por las drogas, se ha convertido en el «amo de las llaves» de la cárcel alavesa, la persona que a las ocho de la mañana abre todos los servicios. Pedro está a punto de recibir el tercer grado y ha reconocido que la cárcel puede servir de oportunidad para mejorar.

El espejo donde mirarse para definitivamente salir de esa espiral oscura puede ser el de Benito: entró en prisión con una condena de 15 años como miembro de las redes de narcotráfico gallegas y aprovechó para licenciarse como abogado. Hace más de 10 años que salió de prisión y en la actualidad tiene su propio despacho de abogados.

Sin embargo no hay que olvidar que la cárcel es dura: «lo peor que le puede pasar a una persona» en palabras de Omar, quien ha empezado un tratamiento de desintoxicación en la prisión y que reconoce que dentro de la cárcel no ha vivido ni un día bueno; o Bouchefra, un joven marroquí que hasta hace poco no le había dicho a su madre que estaba en prisión y que espera la llegada de su primer permiso para abrazarla y pedirle perdón.

El documental muestra además la realidad de las mujeres presas. Es el caso de Iratxe y Luzdeira, ambas víctimas de violencia machista, que reflejan el caso del 80 % de las féminas que ingresan en prisión, que vienen de relaciones en las que han sido maltratadas. La primera de ellas ha vuelto a encontrar el amor en la cárcel.

Al otro lado está Manuel Gutiérrez, el responsable de todos los funcionarios de servicio del centro que lleva más de 20 años en la cárcel alavesa y que en el documental afirma que para él todos los internos son iguales. Perdió a tres compañeros a manos de ETA, hoy tiene amistad con algunos miembros de la banda que han pasado por la prisión y mantiene su creencia en las «segundas y terceras» oportunidades.

Delante de todos ellos, la consejera ha puesto precisamente en valor su derecho a volver a rehacer sus vidas porque «cualquiera» puede tomar «decisiones erróneas y terminar en una cárcel».

«Nadie estamos libres de equivocarnos y tener que pagar nuestros fallos con la privación de libertad», ha reconocido la consejera, que sin embargo no ha querido caer en el «buenismo» y ha enfatizado que esas segundas oportunidades hay que «saber ganárselas» y «aprovecharlas».

Artolazabal ha destacado el valor este reportaje para desestigmatizar a los internos, una idea en la que también ha incidido en la presentación del documental el director de la prisión alavesa, Benito Aguirre, quien ha afirmado que el mundo penitenciario es el «gran desconocido» y que cuando genera interés se centra en el «morbo» y los «estereotipos».

Aguirre ha opinado que el documental supone un «paso de gigante» porque la prisión va a entrar directamente «sin intermediarios» en las casas de los vascos y ha apelado a dejar a un lado los «prejuicios, al tiempo que ha agradecido a todos los que han colaborado en el documental por mostrar una realidad «poco comprendida y conocida».

Durante el pase del documental en el salón de actos de la prisión alavesa se han vivido momentos de risas entre los presos congregados, pero también de marcados silencios al escuchar algunos los testimonios recogidos en él. Un aplauso ha puesto punto final al visionado. EFE



2 Comentarios

  1. Aquí no hay cárceles, son resorts de 5 estrellas. Lo que hace falta es un «Joe Arpaio» y cárceles low cost al estilo de las de Arizona hechas en medio de la nada a base de tiendas de campaña y que sean tan desagradables que no quieran volver.

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