La ausencia de tres testigos ha obligado a la Audiencia de Gipuzkoa a aplazar el juicio que se iba a celebrar este martes en San Sebastián contra dos aficionados acusados de participar en los incidentes previos al partido entre la Real Sociedad y el Alavés del 13 de marzo de 2022.
La Fiscalía, que reclama ocho años de cárcel para cada uno de los encausados, ha solicitado la suspensión de la vista ante la incomparecencia de tres ertzainas testigos de los hechos, uno de ellos porque ha sido citado en otro juicio y los otros dos por razones imprevistas, lo que ha obligado al tribunal a aplazar la vista.
El Ministerio Público imputa a los procesados por un delito de desórdenes públicos, así como por atentado a agentes de la autoridad en concurso ideal con sendos delitos de maltrato de obra y lesiones, ya que en los altercados resultaron lesionados cinco ertzainas, aunque sólo pudieron ser «objetivadas» las heridas de tres de ellos.
Grupos de alborotadores
Según informó en su momento el Departamento vasco de Seguridad, los incidentes fueron provocados por grupos de alborotadores que mantuvieron enfrentamientos con agentes de la Ertzaintza poco antes del partido, cuyo inicio estaba previsto para las 18.30 horas.
No obstante, unos 40 minutos antes, sobre las 17.50 horas, un grupo de jóvenes comenzó a arrojar botellas, bengalas y adoquines contra las furgonetas de la Ertzaintza que participan en el dispositivo establecido para la seguridad del evento deportivo.
En estas circunstancias, los agentes se vieron obligados a realizar alguna salva sonora en vacío para dispersar a los alborotadores.
La Fiscalía concreta que los altercados habrían comenzado poco antes, sobre las 17.30 horas, en la cercana Plaza de las Armerías, donde algunos aficionados comenzaron a «proferir cánticos provocadores contra la hinchada contraria y a prender bengalas».
El Ministerio Público explica que «el ambiente fue incrementando su hostilidad, hasta que a las 17.52 horas un grupo de ellos comenzó a arrojar botellas y vasos de cristal, adoquines y pedazos de pavimento, sillas y mobiliario de los establecimientos hosteleros del lugar contra el dispositivo policial desplegado en prevención de incidentes.
Ante el número de personas hostiles que se encontraban allí y «la virulencia de sus acciones», en un contexto en el que también había aficionados no involucrados en los altercados, acudió al lugar un nuevo grupo de agentes en apoyo a los policías que estaban siendo hostigados.
Distintos objetos
La Fiscalía aclara que los ertzainas formaron entonces una línea que comenzó a avanzar hacia el grupo de violentos, quienes empezaron a arrojarles distintos objetos.
De esta manera, uno de los agentes recibió el impacto de un adoquín en el pecho, otro en su casco reglamentario, y tres más diferentes golpes en las piernas con botellas y otros objetos.
El Ministerio Público sostiene que presuntamente los dos acusados actuaron «en connivencia con el grupo de personas» que lanzaron vasos y botellas de cristal, adoquines y sillas y se enfrentaron físicamente a los policías «prevaliéndose de la subsunción en el grupo y guiados por el ánimo de alterar el orden público».
El texto de la Fiscalía concreta que uno de los policías afectados sufrió una contusión en el hemitórax derecho y una dorsalgia, otro resultó con una herida contusa pretibial, un tercero padeció una contusión en la rodilla derecha, y los dos restantes sufrieron lesiones que «no han podido ser objetivadas». EFE