Las distintas iniciativas que se suceden estos días desde las ventanas y balcones de nuestra ciudad son acogidas con ímpetu por la mayoría de Vitoria. Es más, la participación en actividades es muy alta. Canciones, Celedón, música de los payasos, aplausos, discotecas, bingos…
En algunos casos, las interpretaciones en la ventana tiene sus preparativos en el interior de las casas. Las prácticas de melodías que se van a ejecutar después ante todos. Prácticas que escuchan los vecinos directamete pegados, pared con pared, al artista.
Y nunca llueve a gusto de todos. Y también hay quien está cabreado por la música.
Hace unos días recogíamos los primeros enfados en la convivencia vecinal, que tenían que ver con las obras de bricolaje en las casas.
Ahora se suceden opiniones sobre las prácticas musicales durante el día. Hemos recibido varias protestas.
Trasladamos la que resume el sentir de esta parte de la ciudadanía que también tiene derecho a expresar su opinión:
OPINIÓN: «Se me va a ir la olla»
«Yo esperaba pasar estos días tranquilo en casa, reflexionando e intentando asumir esta dura situación.
Y tengo que estar aguantando al vecino de al lado tocando la trompeta 4 horas por la mañana y 4 horas por la tarde.
Además del vecino de abajo con la música a tope para no oír al de la trompeta…
¡La gente no tiene dos dedos de frente! Y llevamos 5 días de confinamiento…
Esto va a acabar mal, por lo menos en mi portal cuando se me vaya la olla».