Opinión por Álvaro Martínez

Un día en política es un mundo. Todo puede cambiar en 24 horas. Que se lo pregunten al PP a cuenta de la mentira en la autoría de los atentados del 11-M. La jornada de reflexión cambió su fácil victoria por una amarga derrota.

En las últimas 24 horas han pasado suficientes cosas para que EH Bildu pierda las elecciones en Vitoria. Partía con serias opciones, había realizado una campaña homogénea y de alternativa. Llenó el palacio Europa el sábado, tenía al PNV acogotado y comía de todos los sitios con votantes nacionalistas.

Pero lo ocurrido desde la madrugada del domingo ha resucitado todos los fantasmas. Y eso que Larrion y Fernández de Pinedo han hecho lo imposible por no hacer un discurso extremista, independentista y que asustara. Vitoria es una ciudad poco gustosa con esas diatribas.

El domingo de madrugada se quemaron contenedores, coches… y según fuentes policiales tenían que ver con los actos reivindicativos de ayer, «posiblemente», afirmaron a Norte Exprés en exclusiva. Después una manifestación que recorrió la ciudad. Y hoy altercados en la Plaza de la Virgen Blanca con destrozos de material urbano. Pintura incluida.

Todo eso significa la vuelta a momentos de máxima tensión que parecían superados.

El PNV acaba de recuperar el rumbo que tenía perdido. Y aunque Bildu no sea responsable, van a existir muchos votantes que identifiquen situaciones del pasado.

Muchos votantes del PNV que estaban dispuestos a apoyar a Bildu para sacar al PP de las instituciones van a cambiar de opinión. Ni lo duden.

¿Ha perdido Larrion las elecciones? ¿Incluso el segundo puesto? El domingo, la respuesta.

 

 



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