El Gobierno Vasco destinará el año que viene 150 millones de euros a través del fondo Finkatuz a entrar a formar parte del accionariado de cuatro empresas estratégicas de Euskadi con el objetivo de garantizar su arraigo en la comunidad autónoma.
Así se desprende de la memoria del proyecto presupuestario para 2025 que el consejero de Hacienda y Finanzas, Noël d’Anjou, ha explicado este lunes en comisión parlamentaria y que estará dotado con 15.728 millones, de los cuales casi un tercio (5.100 millones) se destinará a Salud.
D’Anjou, que ha iniciado su comparecencia con un recuerdo a las víctimas de la dana en Valencia, ha anunciado que el próximo lunes comenzará una ronda de reuniones con los grupos de la oposición, salvo Vox, «para explorar posibles alianzas» aunque el Gobierno de PNV y PSE tiene mayoría suficiente para aprobar las cuentas en solitario.
El consejero ha pedido encarar la negociación con «altura de miras» y que se planteen propuestas «concretas, viables y realistas». En sus turnos de réplica la oposición ha recelado sobre la disposición real del Gobierno a modificar las cuentas, aunque se han mostrado abiertos a negociar.
El presupuesto del Departamento de D’Anjou será de 122,5 millones, medio millón más que este año. El Instituto Vasco de Finanzas (IVF) dispondrá de 57 millones (2 millones más) para «potenciar y optimizar» el uso del fondo de arraigo Finkatuz, que reserva 150 millones para tomar participaciones en cuatro empresas estratégicas y garantizar así su arraigo.
Este es el fondo que el Gobierno Vasco usaría para entrar en Talgo si prosperan las conversaciones del grupo industrial vasco Sidenor para hacerse con una parte (el 29,9 %) o con toda la compañía ferroviaria, que tiene en Rivabellosa (Álava) una planta con 700 trabajadores.
El IVF también pondrá en marcha en 2025 un programa de avales para compra de vivienda por parte de jóvenes, aunque su cuantía aún está por determinar.
«Prudencia y rigor»
El consejero ha subrayado la «prudencia y rigor» con el que se ha diseñado el proyecto presupuestario, que se basa en «robustas» previsiones económicas y de ingresos.
Una de esas vías de ingresos son los gravámenes a las empresas energéticas y a la banca que aportarán 119 millones. Sin embargo, esta cifra podría reducirse si antes de fin de año se aprueba la enmienda pactada por PNV y PSOE en el Congreso para convertir el gravamen a la banca en un nuevo impuesto sobre el margen de intereses y comisiones.
Pese a ello, el consejero ha valorado la eliminación de estos gravámenes porque son una figura «cuestionable» y están «fuera del marco del Concierto Económico», y se ha felicitado por que el nuevo impuesto deberá concertarse y entrar así a «formar parte de los ingresos ordinarios de las instituciones vascas».
D`Anjou ha repasado algunas cifras del presupuesto global para 2025 como los 6.119 millones de euros de coste salarial, 225 más que este año para subir el sueldo un 2 % a los empleados públicos, asumir a los futuros nuevos trabajadores de Cercanías y Prisiones y sufragar la «nueva estructura de Gobierno» con cuatro carteras más que en la legislatura anterior.
Ha avanzado también que las cuentas prevén que la cuantía de la RGI suba hasta los 568 euros mensuales, que la Prestación Complementaria de Vivienda sea de 300 y que el importe máximo por la cesión de una vivienda para su alquiler a través del Programa Bizigune se 675 euros.
Críticas de la oposición
Desde los grupos de la oposición, Pello Otxandiano (EH Bildu) ha cuestionado la «quizá demasiado optimista» previsión de ingresos para 2025 y ha animado a «ser más prudentes». «Para hacer estas políticas quizá necesitamos otra fiscalidad, otro tipo de ingresos», ha apuntado.
El popular Álvaro Gochi ha criticado que el presupuesto recoge aumentos del 15 % en el número de altos cargos y del 19 % de personal de libre designación. «No necesitamos más dinero para esto, sino para sanidad y educación», ha añadido.
Jon Hernández, de Sumar, ha censurado que el Departamento de Salud «pierde peso relativo» en el conjunto del presupuesto aunque sea el que más crece en términos absolutos. «No son los presupuestos que necesita el país, ni responden a la necesidad de la mayoría social trabajadora», ha considerado. EFE