La muestra Suncine, el Festival de Cine Medioambiental de Vitoria, exhibirá entre el 4 y el 20 de marzo ocho documentales con una «visión realista, comprometida y crítica» sobre la situación actual del planta.
Así lo han explicado este martes el concejal de Medio Ambiente, Borja Rodríguez, y el director de Suncine, Jaume Gil, en una rueda de prensa en la que han detallado que en esta 21 edición del festival podrán verse cintas sobre la lucha contra la deforestación en selvas tropicales de Centroamérica, la afección de la contaminación atmosférica y la desecación del Mar de Aral, entre otros temas.
Las sesiones, que tendrán lugar en el Centro Cívico Aldabe a partir de las siete de la tarde, arrancarán el martes 4 de marzo con la proyección del documental nicaragüense ‘Patrullaje’, que muestra una misión heroica ante la crisis de los bosques tropicales en Centroamérica, pieza que recibió el Premio ‘Sol de Oro’ al mejor documental.
El jueves 6 llegará el turno del documental español ‘Semillas de sal y pimienta’, de Alicia Van Assche, que cuenta la historia de cinco mujeres que se unen para crear un proyecto gourmet único.
Un film neozelandés abrirá la sesión del martes 11, ‘Ben & bEartha’, sobre la creación de una máquina que permite el compostaje a gran escala en cualquier comunidad del mundo. Ese mismo día se exhibirá también el documental español ‘Memorias de un mar’, sobre el mar de Aral, hoy desecado por la sobreexplotación.
El jueves 13 habrá otra sesión doble compuesta por ‘Antártica’, un documental de Reino Unido sobre una experiencia en la playa de Gold Harbour, y el filme guatemalteco ‘Plasticósfera’, sobre una audaz expedición por el segundo arrecife de coral más grande del mundo.
Ya el martes 18, será el turno de la cinta española ‘Respira mama’, que narra la lucha de la directora cuando descubre que su hija tiene una afección genética que le dificulta respirar.
La clausura, el jueves 20, correrá a cargo del filme marroquí ‘This jungo life’, que retrata la lucha de jóvenes refugiados sudaneses por sobrevivir en las calles de Marruecos después de huir de la violencia en Libia. EFE