Repetición del juicio por el coche bomba de Mendi en Vitoria

ACTUALIZACIÓN: La exdirigente de ETA Soledad Iparraguirre, Anboto, ha negado en el juicio que participara en el atentado frustrado con coche bomba el 20 de mayo de 1985 contra policías del dispositivo de seguridad en las inmediaciones del estadio de Mendizorroza de Vitoria con motivo de un partido de fútbol entre el Alavés y el Lleida.

La Audiencia Nacional ha iniciado este lunes el juicio a Anboto por este atentado, que resultó frustrado ya que los policías nacionales desactivaron el artefacto explosivo del coche bomba, para quien el fiscal pide 488 años de prisión.

El juicio a Anboto por esta causa ya se celebró en diciembre de 2020 y la Audiencia Nacional la absolvió en marzo de 2021 pero el Tribunal Supremo ordenó posteriormente repetirlo con otros magistrados al apreciar un «grave error» al haber omitido la valoración de una prueba de las huellas de la acusada halladas en el coche bomba «con una argumentación no racional».

Anboto, que puso la voz junto a Josu Urrutikoetxea, Josu Ternera, del comunicado que anunció la disolución de ETA en 2018, acumula ya numerosas condenas de centenares de años de cárcel por parte de la Audiencia Nacional tras su entrega por Francia en 2019.

Durante su declaración este lunes Anboto ha asegurado que cuando se cometió el atentado frustrado junto al estadio de Mendizorroza de Vitoria, en 1985, ella no pertenecía al comando Araba de ETA ya que se encontraba en Bayona (Francia) y que no fue hasta cinco años más tarde cuando se incorporó a la banda terrorista.

Anboto ha relatado que fue detenida en 1981 y que salió en libertad después de estar diez días incomunicada, tras lo cual se fue al sur de Francia con su padre para intentar rehacer su vida pero finalmente en 1985 decidió esconderse por miedo a los Grupos Antiterroristas de Liberación (GAL).

Ha explicado que si en algún juicio anterior reconoció hechos de los que se le acusaban fue para que en virtud de un acuerdo con la Fiscalía se le permitiera declarar por videoconferencia.

«Llevo doce juicios en la Audiencia Nacional en plena pandemia con un cansancio físico y anímico enorme, por el último estuve dos meses en la cárcel de Alcalá esperando ir a la de Vitoria, donde estoy ahora, y mi padre murió a las tres semanas», ha indicado para justificar por qué llegó a dicho acuerdo con la Fiscalía.

Y ha añadido: «Desde el verano pasado he podido ir a casa después de cuarenta años y abrazar casa a mi madre, de 80 años, y ahora he hablado con ella y me ha dicho que era mejor que viniera al juicio».

En la vista han testificado los etarras ya condenados por estos hechos José Ignacio Gaztañaga Vidaurreta y Santos Berganza Cendegui que han manifestado que Anboto no participó en esta acción ya que no formaba parte del comando y que si la implicaron en sus declaraciones ante la Guardia Civil fue por las torturas que recibieron cuando fueron detenidos.

Sobre Anboto Santos Berganza ha dicho: «Sé lo que ha aportado para el proceso de paz, para el cese de la actividad de ETA y para los presos, tengo ganas de conocerla pero no la conozco personalmente».

También ha testificado José Miguel Suescun, que fue condenado por colaborar con el comando Araba, que ha dicho que entre sus integrantes se encontraba una mujer a la que él conocía como «Angelines».

En declaraciones anteriores Suescun manifestó que conocía a la acusada como «Angelines».

Igualmente ha declarado en la vista un policía, que ha explicado que en el coche bomba encontraron unas huellas en el cenicero y en el volante para su posterior análisis.

Otro agente ha relatado que tras conocer que el coche usado por los terroristas podía haber sido robado lo localizaron aparcado junto al estadio de Mendizorroza en la zona donde estaban las tres furgonetas de la Policía con una dotación de una veintena de agentes.

«Sospechamos que estaba cargado de explosivos ya que el maletero estaba pegado al suelo por el peso por lo que preparamos un dispositivo para que el artefacto fuera desactivado por los Tedax y hubo que acordonar toda la zona pues quedaba menos de una hora para el comienzo del partido y empezaba a llegar gente», ha declarado el testigo.

Este policía ha estimado que de haber explosionado el coche bomba habría afectado al público que se encontraba en el estadio. EFE

INFORMACION DOMINGO: Repetición del juicio por el coche bomba de Mendi en Vitoria

La Audiencia Nacional celebra este lunes el juicio a la exdirigente etarra Soledad Iparraguirre, Anboto, que el Tribunal Supremo ordenó repetir con otros magistrados tras anular la sentencia por la que fue absuelta de un atentado frustrado con coche bomba en 1985 frente al polideportivo Mendizorroza, en Vitoria.

El pasado mes de julio, el Supremo corrigió a la Audiencia Nacional por el «grave error» de haber omitido la valoración de una prueba de las huellas de la acusada halladas en dicho vehículo «con una argumentación no racional».

La sección segunda de lo Penal de la Audiencia Nacional absolvió en marzo de 2021 a Anboto por este atentado al dudar el tribunal que la juzgó del informe policial que confirmó en 2019 la existencia de huellas de la acusada en el coche bomba empleado en esta acción.

En su recurso, la Fiscalía reprochó a la Audiencia Nacional que hubiese descartado valorar esa prueba con el argumento de que sería contradictoria con otro informe del mismo tipo realizado cuando se produjo el atentado y en el que se recogía que no había huellas identificables en el vehículo.

Para el Supremo la argumentación de la sentencia anulada «es manifiestamente equivocada», ya que parte de una premisa «falaz», puesto que el primer informe no niega que existiesen huellas de la acusada, sino que las huellas se archivaron como anónimas.

La sentencia absolutoria fue suscrita por los magistrados José Antonio Mora (presidente y ponente) y José Ricardo de Prada, y contó con el voto particular discrepante de Fernando Andreu, que consideró que había prueba «concluyente» para considerar «plenamente probado» que Iparraguirre intervino en ese atentado.

Los tres magistrados tendrán ahora que ser sustituidos por otros compañeros de la Sala de lo Penal en este nuevo juicio en el que Anboto se vuelve a enfrentar a una petición del fiscal de 488 años de cárcel (23 años por cada veinte delitos de asesinato frustrado, otros 23 por delito de atentado a agentes de la autoridad, y 5 años por estragos).

Cuando se perpetró este atentado la exdirigente de ETA integraba el comando Araba junto a los ya condenados por estos hechos Francisco Arizcuren, Kantauri, José Ignacio Gaztañaga, Carlos Torrecilla y el exertzaina Santos Berganza.

Kantauri fue el encargado de colocar el artefacto explosivo en uno de los vehículos que previamente habían preparado los etarras, y Anboto fue quien, según el fiscal, lo dejó aparcado en las inmediaciones del polideportivo con el temporizador conectado.

Los terroristas colocaron el coche-bomba enfrente de las taquillas del polideportivo vitoriano, pero la Policía, que había tenido noticia de los dos vehículos que los etarras acababan de robar para realizar la acción, localizaron el coche antes de que estallara y desactivaron el artefacto.

Esta es la segunda causa en la que Anboto resultó absuelta desde su entrega a España en 2019. La primera absolución partió también de la sección segunda y con De Prada de ponente. La Sala consideró que su participación en el atentado contra el cuartel de la Policía Nacional de Buenavista en Oviedo en 1997 era «cosa juzgada» por haber sido condenada ya como dirigente de ETA en el país galo.

No obstante, desde su entrega suma ya centenares de años de cárcel por las numerosas condenas que también ha recibido (algunas de ellas en conformidad con la Fiscalía).

Además, a finales de julio fue imputada junto a su pareja, el también exdirigente de ETA Mikel Antza, como presunta responsable del secuestro y asesinato del concejal del PP en Ermua Miguel Ángel Blanco en 1997. EFE



1 Comentario

  1. Venganza Infinita con tintes de odio. Sin complejos gilipollas de españoles hard ni escrupulos hipocritas de españoles light. Sin gaitas ñoñas de vascos españolizados hasta el tuetano ni discursos normalizados de vascos ex de todo.

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