Por Roberto Cubero.- La precampaña y la campaña de las elecciones vascas serán «de guante blanco», como dijo el portavoz del Gobierno autonómico, Bingen Zupiria, un tono que busca ocupar la centralidad, evitar maximalismos y apostar por los temas sociales.

¿Por qué la campaña vasca se espera sosegada? EFE ha hablado con los sociólogos Braulio Gómez, del Deustobarómetro, y Jonatan García Rabadán, del Euskobarómetro, sobre sus claves.

La política vasca, lejos de la crispación nacional

«No hay emociones ahora en Euskadi. Se considera que no ha ido tan mal estos cuatro años y que lo que puede venir (EH Bildu) no está montado para la revolución. EH Bildu cuenta con el PNV, el amigo socialdemócrata. Ha creado una tendencia en los demás partidos de centralidad y lo que interesa es ocupar esa centralidad», opina Gómez.

Un dato: PSE y PP suman 16 escaños de los 75 del Parlamento y aspiran a poco más, no a ganar. Así que Sánchez y Feijóo acudirán varias veces a Euskadi, pero las vascas no van a ser leídas como unas «generales en pequeño» como sí ocurrirá con las europeas.

García Rabadán expone por su parte una duda sobre esta llegada de líderes nacionales a Euskadi, que puede «contaminar» la campaña por temas que puedan surgir en la agenda nacional e incluso obligar a los partidos anfitriones a corregir sus mensajes.

Además, la sociedad vasca prima los acuerdos. Por ejemplo, Gómez apunta que Otxandiano cometió un error al defender que gobernase la lista más votada, cuando «lo que la gente quiere es que se formen mayorías».

La polarización entre PNV y EH Bildu 

Las encuestas dan dos favoritos, PNV y EH Bildu, que se pelearán, pero dentro de unos límites. «No va a haber una contienda con un enfrentamiento duro, de máximos, van a intentar buscar la posición central y rascar en temas como Osakidetza», sostiene García Rabadán.

Para Gómez, el PNV tiene que aspirar a «recuperar a muchos de sus votantes que no se han sentido representados desde el confinamiento de la covid, cuando los ciudadanos y los cargos del PNV y Urkullu parecían dos planetas diferentes».

«No han vuelto porque no está en peligro perder el Gobierno Vasco, está muy asentada la coalición con el PSE», pero, si creen que van a perder, podrían movilizarse en un «efecto de última semana».

Por su parte, EH Bildu quiere atraer votantes del PNV desencantados por la gestión y no asustarles con planteamientos radicales. «Bildu piensa en dentro de cuatro años, ahora va lento», cree Gómez.

INDEPENDENCIA, SOLO EN EUSKERA Y NO EN CASTELLANO

Fue explícito en este sentido el lehendakari, Iñigo Urkullu, cuando advirtió de que el candidato de EH Bildu, Pello Otxandiano, solo pronuncia la palabra «independencia» en euskera, en castellano se la calla.

Todos coinciden en que la gestión y sobre todo, Osakidetza, «la joya de la corona del autogobierno» y que según García Rabadán «ha perdido su valoración», va a ser protagonista. La no condena de ETA por parte de EH Bildu saldrá, pero el «que viene Bildu» asusta poco.

La personalidad moderada de los candidatos

Los dos principales candidatos, Otxandiano y Pradales, tienen un perfil parecido: «Vizcaínos, universitarios, moderados, del ‘aparato’ y muy poco mitineros. No son Arnaldo Otegi y Andoni Ortuzar», resume García Rabadán.

Otxandiano, que se ha puesto americana y gafas de pasta, y Pradales que lleva más de una década de diputado foral con corbata, son «dos personas que transmiten centralidad, moderación y capacidad, no son populistas», ha apostillado Gómez.

Al ser poco conocidos tendrán mucha presencia pública y abren la incógnita del papel de las personas de segunda línea en los dos partidos. Por ejemplo, del lehendakari Urkullu, «que tiene una proyección pública y valoración muy por encima de los candidatos», ha recordado García Rabadán.

Gómez recalca la misma idea: «Es una elección de candidatos hipercontrolada, son hijos de Otegi y Ortuzar. Ese hilo no se va a romper en la campaña y van a acompañarles, cubrirán emocionalmente los espacios que sus candidatos noveles no sean capaces de cubrir».

Gómez se ha extrañado de la primera estrategia de Otxandiano al, presentar un ensayo «como si fuera la nueva Biblia. La gente no lee programas electorales, se va a leer un ensayo. No ha construido nada en torno a Osakidetza o la vivienda, no ha generado nada que asociemos a la solución de un problema urgente, está con vías más intelectualoides».

Los otros candidatos, «saltar a ver si se les ve el dedo»

El socialista Eneko Andueza eleva un poco la voz, pero está limitado porque ha sido socio de gobierno del PNV y han prometido seguir juntos tras los comicios, y porque Sánchez es socio de los dos favoritos, del PNV y de Bildu.

Gómez señala que el objetivo de la campaña socialista tiene que ser recuperar a sus votantes que no participan en las autonómicas, «no porque se vayan al PNV, sino que dejan de votar porque no las consideran tan importantes como las generales».

El candidato del PP, Javier De Andrés (PP), augura también una campaña de perfil bajo: «PNV, Bildu, PSE y Podemos son socios en Madrid, defienden lo mismo, entre ellos no se van a morder, y a mi no me van a morder para no darme protagonismo», ha resumido De Andrés a EFE.

Sumar y Podemos, un espacio ya de por sí a la baja, al ir por separado dan una imagen fraticida difícil de arreglar en campaña. EFE



1 Comentario

  1. jajajajajaja

    Tan de guante blanco que se haya normalizado que la formación que va a ganar la elecciones lleve en sus listas electorales al menos a 3 condenados por terrorismo:

    Entre estos 3 condenados casi 20 años de condena por pertenencia a la ETA .

    Eso demuestra que el asesinato, la extorsión los secuestros y demás crímenes de la ETA dan réditos políticos actualmente.

    PD: La ETA
    Hubo un momento en la historia reciente de España en que periodistas, políticos y en general la propia sociedad en su conjunto decidieron suprimir el artículo «la» para referirse a la ETA, convirtiendo esta organización criminal sencillamente en ETA. Se trataba de un giro sencillo, casi imperceptible, pero de suma gravedad, pues acercaba el término al hablante, personalizaba a la banda, en cierta medida la humanizaba.

    Nadie en Italia habla de «Mafia», sino de «la Mafia». La Guardia Civil, junto con otras fuerzas policiales y cívicas, no derrotó a un ente llamado ETA, sino a una banda de asesinos que es mejor volver a llamar como corresponde: «la ETA».

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