Vitoria: Documento y 25

(EFE).- En las elecciones vascas del 21 de abril el PNV y EH Bildu aspiran a ganar, el PSE-EE a ser decisivo en la formación de Gobierno, el PP a influir si nacionalistas y socialistas no suman mayoría absoluta, y Sumar, Podemos y Vox a sobrevivir y mantener representación en el Parlamento vasco.

UN PNV en renovación para seguir ganando

El PNV ha ganado en votos todos los comicios vascos celebrados hasta ahora y busca mantener esa primera posición ante el empuje de EH Bildu y su propio desgaste, para lo que ha acometido una profunda renovación generacional, que se personaliza en la sustitución de Iñigo Urkullu por su ‘alumno’ Imanol Pradales.

Para conseguirlo el partido presidido por Andoni Ortuzar intenta movilizar al electorado moderado y centrado que le abandonó en las municipales y generales presentando estos comicios como una pugna a dos con la izquierda abertzale.

Su argumento principal en esa lucha es contraponer la estabilidad y confianza que generan los gobiernos del PNV frente a lo imprevisible y las «ocurrencias» que puede tener un ejecutivo de EH Bildu.

Aunque el objetivo es lograr una nueva victoria, la línea del fracaso para un PNV a la baja estaría en la imposibilidad de mantener el Gobierno Vasco en coalición con los socialistas.

EH Bildu, con opción real de ganar por primera vez

EH Bildu llega a la contienda electoral en situación de alternativa real a décadas de gobiernos liderados por el PNV y su candidato, Pello Otxandiano, destaca que ya han conseguido el primer objetivo: ser vistos como una opción de gobierno.

El largo viraje de la izquierda abertzale hacia la política real e institucional, culminado con su papel activo como socio del Gobierno de España, ha traído un discurso renovado y unos candidatos jóvenes, sin vínculos con un pasado de violencia que aún pesa en una parte de la población.

Además, Bildu cuenta con el «viento de cola» del desgaste del PNV en los últimos años, especialmente por la situación de la sanidad pública, y la fragmentación de la izquierda federalista vasca entre Podemos y Sumar, con lo que parte de su electorado puede refugiarse en una opción de izquierda sólida aunque sea abertzale, como ya pasó con el BNG en Galicia.

No obstante, aunque ganara parece difícil que Bildu pueda gobernar al descartar PNV y PSE-EE apoyar a la coalición abertzale, que reclama aplicar la fórmula navarra y que gobierne el partido mas votado entre los «progresistas», incluye al PNV en este grupo, con acuerdos con el resto.

El PSE-EE busca crecer y ser imprescindible

El PSE-EE es el tercer partido, aunque a una notable distancia de las dos formaciones nacionalistas, y confía en mantener la tendencia al alza de las municipales y generales, en este caso presentándose como la única garantía para evitar un proceso soberanista impulsado por PNV y Bildu.

El candidato, Eneko Andueza, apela a la izquierda útil y con capacidad de gestión, convencido de que el PSE-EE, que ha hecho también una renovación profunda de sus listas, volverá a ser necesario, incluso «imprescindible», para gobernar en Euskadi y aplicar políticas progresistas.

Lo que parece seguro es que los socialistas no sufrirán en Euskadi una debacle como la de Galicia y superarán ampliamente al PP, lo que permitirá al PSOE tomar aire de cara a las europeas de junio, a expensas de lo que ocurra en las elecciones catalanas de mayo.

El PP, a aglutinar el centroderecha para ser influyente

El PP afronta las elecciones del 21 de abril con la vista puesta en que el PNV y el PSE-EE no sumen mayoría absoluta y en lograr un buen resultado para poder influir en la gobernabilidad en Euskadi en los próximos cuatro años.

Uno de los objetivos del PP, que en 2020 tuvo su peor resultado, es recuperar votantes tradicionales suyos que se fueron al PNV de Iñigo Urkullu, algo que puede resultar difícil en una campaña polarizada como nunca entre los ‘jeltzales’ y EH Bildu.

Para recuperar aliento electoral, los populares vascos esperan aglutinar todo el centroderecha estatal, lo que unido a una posible mejora en los resultados ya sería un éxito para el PP nacional. Con Ciudadanos ya «liquidado» (no se presenta a las elecciones y nunca tuvo peso en Euskadi aunque Pablo Casado le ‘regalara’ dos parlamentarios) el objetivo es arrebatar a Vox el escaño que consiguió en Álava.

El mensaje del candidato, Javier de Andrés, es que son la única alternativa a lo que denomina ‘sanchismo’, en el que agrupa a PNV, PSE-EE, EH Bildu, Podemos y Sumar.

Podemos y Sumar luchan por la supervivencia y liderar su espacio

La izquierda federalista vasca afronta un escenario muy difícil en estas elecciones, en el que a su declive continuado después de irrumpir con mucha fuerza (ganó en Euskadi las generales «repetidas» de 2015 y 2016) se une el auge de la izquierda abertzale y que se presentan por separado: Podemos con Alianza Verde y Sumar con Ezker Anitza-IU, Equo Berdeak y Más Euskadi.

Podemos cuenta con la candidata más conocida, Miren Gorrotxategi, y una mayor estructura e implantación, además de mantener el nombre de Elkarrekin, pero Sumar, que va con la desconocida Alba García de candidata, tiene a su favor que ya es la referencia estatal de ese espacio político y es el partido de Yolanda Díaz.

Las encuestas pronostican una bajada de 6 a 3 escaños para este espacio, pero si el reparto de votos es muy igualado entre ambas coaliciones las dos podrían quedarse fuera del Parlamento al no llegar al 3 % necesario, lo que sería un fracaso mayor que el de Galicia dado que sus resultados previos eran mucho mejores.

Si solo uno de los dos consigue representación tendrá el premio «extra» de cuatro años de protagonismo para hacerse con este espacio político ahora en disputa.

Sin diferencias ideológicas entre ambos, tanto Sumar como Podemos hacen una campaña propositiva e inciden en ser la garantía para hacer un gobierno de izquierdas, sin el PNV, aunque ni Bildu ni PSE-EE atienden su propuesta, que sí tuvo relevancia hace cuatro años.

Vox, a mantener el escaño por Álava

Vox tiene como objetivo mantener el escaño de Amaia Martínez por Álava, aunque desde la dirección nacional dicen aspirar a lograr otra parlamentaria en Bizkaia, que ninguna encuesta pronostica.

Este partido ha sido el único que no ha hecho precampaña y hasta el 21 de abril hará actos electorales de formato reducido con una importante participación de su presidente, Santiago Abascal, y mensajes sobre inmigración ilegal y la seguridad ciudadana.



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