El pasado 5 de agosto, un ciudadano denunció ante el Ayuntamiento que el autobús de la línea 6, justo al llegar a la calle Oyón, cerró las puertas «antes de tiempo, atrapando el pie de mi hijo de 3 años».

La protesta continuaba diciendo qe «el niño se ha caido al suelo de golpe, tiene pequeño rasguño en una mano, y ha quedado tumbado con el pie atrapado en las puertas y las manos en la acera hasta que el conductor ha abierto las puertas. Tras el susto, el autobús ha salido corriendo de la parada»

A esa protesta del 5 de agosto, el Ayuntamiento respondió ayer. Casi un mes después. Es lamentable.

El Consistorio ha señalado hoy, a través del buzón ciudadano, que «sentimos muchísimo lo ocurrido, esperamos que su hijo se encuentre en perfecto estado y todo se haya quedado en un susto. Agradecemos nos haya comunicado el incidente y damos traslado de la queja a la persona que conducía el autobús para que nos dé una explicación, y alegue lo que estime pertinente en defensa de sus intereses. Intentaremos mejorar la calidad del servicio que prestamos a la ciudadanía».

Para mejorar el servicio, hay que atender con diligencia, majetes !

La denuncia del ciudadano semana la también que el suceso «seguramente evitable si el conductor hubiera puesto un poco más de atención con las puertas, se trata todo ello de un accidente que puede suceder y para el que supongo, poco se puede hacer. Aunque no quiero imaginar que hubiera pasado de no estar yo allí para alertar de la situación y con el autobús reemprendiendo su marcha y el niño enganchado por su pie a la puerta».

Sin embargo, remata el vitoriano, «lo deleznable del asunto ha sido el comportamiento lamentable del conductor, que no ha bajado del autobús ni se ha interesado por el estado del niño».



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