Nos escribe una familiar de un mayor de Vitoria. Se cumple un año del «inicio de la agonía en las residencias». Seguimos dando voz a los ciudadanos a través de este ENLACE. Un enlace en el que las opiniones ciudadanas molestan a los políticos y que aquí sí publicamos.
CARTA:
«El 9 de marzo de 2020, una llamada telefónica supuso que mi madre, una mujer de 94 años en aquel momento, usuaria de una residencia en Gasteiz, dejará de ver a su familia, sin previo aviso. Familia de la que recibía visitas diarias.
Desde ese 9 de Marzo hasta el 3 de Junio, ni nos vió ni la vimos físicamente. El día 8 de marzo deje a una madre y el 3 de junio nos encontramos a otra, que no tenía nada que ver con la que habíamos dejado. El deterioro cognitivo que percibíamos a través del teléfono, era un reflejo del que nos encontramos en la primera visita, allá por el 3 de junio. Qué decir del deterioro físico.
Lo que se dijo ser una protección contra la covid, fué el inicio de un cúmulo de despropósitos, y de sufrimiento, que a día de hoy no han tenido fin. Que no fué una protección es un dato objetivo, el número de personas usuarias de residencias y centros de día fallecidas y contagiadas, en las llamadas primera, segunda y tercera ola lo corroboran: más de 200 residentes fallecidos y en algunas residencias los contagios han llegado casi al 100%
«Tristes antes que muertos»
La atención de sus cuidados y sus necesidades, dejó de ser una prioridad. Solo importaba que no fallecieran por covid. El Diputado de Bienestar Social, Sr. Sola, defendió el confinamiento practicado, criticado por familiares y expertos, diciendo “prefiero usuarios tristes antes que muertos”.
Inspecciones con antifaz
Las 204 inspecciones que desde la Diputación Foral de Araba se dice que se han hecho en las residencias públicas, concertadas y privadas, no se trasladan a los familiares. Es más, dicen que no han hallado irregularidades hasta que un medio de comunicación publica casos alarmantes. Estas inspecciones, a parte de hacerse con previo aviso, ¿se realizan con antifaz?
El equilibrio entre riesgo y beneficio del aislamiento no se tuvo en cuenta. Muchos familiares, asociaciones de diferentes ámbitos, y ciudadanía en general, avalada por organizaciones y expertos como médicos sin fronteras, asociaciones de gerontólogos, etc. exigimos un cambio y visitas dignas y salidas a la calle.
Desde el mes de Junio hasta hoy las visitas y salidas han sido y son tan variadas como el horario ferroviario: la normativa cambia de un día para otro y de una residencia a otra. Se sigue sin tener en cuenta a nuestros mayores. El hecho de que no tengan posibilidad de visitas y salidas diarias supone que su deterioro cognitivo se agudice. ¿Qué sentido tiene 5 dias si y 1 no?
Los familiares siguen sufriendo
Durante el mes de Febrero, tanto el Diputado General, Sr. Gonzalez, como el Diputado de Bienestar Social, Sr. Sola, han puesto toda su maquinaria en marcha, tanto en medios escritos como audiovisuales, para intentar trasladar a la sociedad que todo es maravilloso en las residencias, que todo se ha hecho muy bien, que los usuarios están felices y contentos. De nuevo mienten. Nuestros familiares han sufrido muchísimo desde el 9 de marzo de 2020 y siguen sufriendo el 9 de marzo de 2021.
El 1 de Marzo de 2021, mediante nota de prensa, la Diputación de Araba decide flexibilizar las salidas y visitas en las residencias. En dicha nota dice textualmente : “…….se considera necesaria la flexibilización de las medidas a fin de que las personas residentes puedan tener un mayor contacto con familiares y allegados, que mejore su calidad de vida, la gestión de su privacidad, la libertad de movimientos y su bienestar emocional. El régimen de salidas y visitas tiene, además, un componente de salud mental muy importante para las personas usuarias”.
¿Por qué ahora sí y antes no? ¡Poca dignidad!
Los familiares llevamos diciendo esto meses. Hemos realizado concentraciones exigiendo visitas y salidas dignas. Nuestros mayores necesitan mejorar su calidad de vida antes, durante y después de la pandemia. En la nota de prensa, se reconoce de forma implícita que hasta ese día no les han dejado gestionar su privacidad, que les han prohibido la libertad de movimientos y que poco les ha importado su bienestar emocional y mental. ¿Por qué ahora sí y antes no? Cuánto cinismo en cuatro líneas, señores Diputados, qué poca dignidad la suya.
El cuidado de nuestros mayores debe ser una prioridad en nuestra sociedad. La pandemia ha dejado de manifiesto que la gestión de las residencias y de los cuidados no es el idóneo.
En Abril y Mayo de 2020, tanto el Diputado General como el Diputado de Política Social, dijeron públicamente que el modelo residencial necesitaba un cambio. Palabras huecas. Sus políticas son privatizadoras, potenciando la privatización frente a la publificación. Permitiendo que cada vez sean más las empresas que vean un negocio en los cuidados de nuestros mayores. Importando muy poco las condiciones laborales de las trabajadoras. Mirando hacia otro lado, en vez de al frente para mejorar la calidad asistencial. Ignorando a los familiares y usuarios. En definitiva, permitiendo el lucro a costa de quienes lo dieron todo por nosotros y nosotras.
Somos muchos y muchas, los que hemos dicho basta. El debate está en la sociedad y vamos a seguir dando pasos al frente. No hay marcha atrás para que la sociedad se implique en un cambio real. Como recientemente decía un miembro de Irauli Zaintza, donde las instituciones no llegan, la sociedad civil es el camino. En ello estamos».
T. M.I.