(EFE).- El nuevo obispo de Vitoria, Juan Carlos Elizalde, ha animado hoy, durante su ordenación al frente de la diócesis, a «reiniciar» un camino de paz y reconciliación desde «la oración y las iniciativas audaces».

Elizalde ha pronunciado estas palabras durante la ceremonia de su ordenación en la concatedral María Inmaculada de Vitoria que ha estado presidida por el nuncio apostólico en España, Renzo Fratini, y que han concelebrado una veintena de arzobispos y obispos de distintas diócesis españolas.

El navarro Elizalde reemplaza al frente del Obispado de Vitoria a Miguel Asurmendi, que ha estado en el cargo 21 años y que ha renunciado al servicio pastoral tras cumplir 75 años, la edad con la que el Derecho Canónigo establece la jubilación de los obispos.

En su alocución ante una catedral abarrotada por miles de fieles, el obispo vitoriano ha dicho: «¿Os animáis religiosos y religiosas de Vitoria a reiniciar conmigo un camino de paz y reconciliación en nuestra tierra desde la oración y las iniciativas audaces?».

Ha expresado además su voluntad de construir una sociedad «verdaderamente humana» y ha insistido en que la Iglesia de Vitoria y su corazón es para los pobres.

«¿Os animáis a que sigan siendo los pobres, los parados, los inmigrantes, los marginados, los enfermos, los últimos, el corazón de la Iglesia de Vitoria?, ha manifestado.

Elizalde ha reconocido que nunca se ha sentido «tan indigno, pequeño y pobre» pero «tan querido y acompañado» y ha dicho que llega a la diócesis «como el que sirve, como pastor que a veces tendrá que ir por delante, otras en medio y otras al final recogiendo a los últimos».

Ha manifestado además que llega a Vitoria con el corazón «abierto de par en par», con toda su alma y su ilusión y ha animado a los sacerdotes y diáconos a formar un equipo con él, «un prebisterio que transmita su alegría y su pasión a nuevas vocaciones para una nueva evangelización».

La homilía ha sido pronunciada por el nuncio en España, quien tras agradecer a Miguel Asurmendi su «esmerada entrega y dedicación», ha dicho que un obispo será fiel a su misión «si logra dimensionar la propia fe con una profunda vida espiritual».

Ha recordado a Elizalde que el Señor le ha elegido para que a través de la entrega custodie, proteja y conduzca a sus fieles.

Fratini ha añadido que un obispo es un hombre de «corazón compasivo» que tiene que amar particularmente a los pobres, a los débiles, a los enfermos y a los que padecen necesidad.

El servicio pastoral del obispo -ha asegurado- consiste en ser guía, «en ir por delante caminando e indicando al mismo tiempo la dirección».

«Implica escuchar, estar en medio de la gente. El obispo debe ser, para con todos, un hombre compasivo y misericordioso. Mandar siempre con benevolencia. Corregir con delicadeza y comprensión», ha considerado.

Elizalde, natural de la localidad navarra de Mezkiritz, nació en 1960 y fue ordenado sacerdote en 1987. Es licenciado en Filosofía por la Universidad de Navarra y en Teología espiritual por la Universidad Pontificia de Comillas en Madrid.

Hasta ahora ha sido vicario episcopal de la zona pastoral de Pamplona-Cuenca-Roncesvalles, además de profesor de Teología y responsable de Pastoral de la Universidad Pública de Navarra, así como coordinador del Centro de Dirección Espiritual diocesano y canónigo-prior de la Real Colegiata de Roncesvalles.



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