(EFE).- El barrio de Zaramaga, símbolo de la lucha obrera en Vitoria-Gasteiz, es desde hoy un museo de la memoria gracias un recorrido artístico que lo dibuja como un distrito con «sueños rojos de cambio social profundo y pesadillas grises» por el uniforme policial de quienes mataron a 5 obreros el 3 de marzo de 1976.

El escritor Juan Ibarrondo ha elaborado el guión de esta iniciativa impulsada por la Asociación de Víctimas del 3 de Marzo de Vitoria-Gasteiz, y las artistas Txaro Arrazola, Irantzu Lekue, Sandra Santos, Verónica Werckmeister y Marta Gil han plasmado con obras los valores que caracterizaban al barrio de Zaramaga en 1976: la resistencia, la solidaridad y la lucha laboral.

El recorrido por el memorial ha sido inaugurado hoy por familiares y víctimas de aquella intervención policial que dejó un reguero de sangre en las inmediaciones de la iglesia San Francisco de Asís de Vitoria-Gasteiz, donde estaban reunidos en asamblea miles de trabajadores, tras una tercera jornada de huelga general.

Un mural pintado en la pared de un bloque de viviendas recuerda escenas de aquel fatídico día, en el que perdieron la vida 5 trabajadores y más de cien resultaron heridos.

La palabra «justicia» en rojo recuerda la reclamación que alguien escribió sobre el suelo de Zaramaga con la sangre de las víctimas aquel mismo día.

El mural también deja a la vista de todos un extracto de la grabación policial en la que el jefe de la operación ordenaba «gasear» la iglesia y los agentes le comunicaban que habían disparado más de 2.000 tiros y que habían contribuido «a la paliza más grande de la historia».

«Esto es la guerra en pleno, se nos está acabando la munición», comunicó uno de los «grises» desde Zaramaga aquel 3 de marzo de hace 40 años.

El memorial sitúa la fábrica de Forjas Alavesas -donde ahora se erige un centro comercial- como el corazón del barrio, un fenómeno que se repetía en muchos otros distritos de Vitoria-Gasteiz, ya que la mayoría de la población vivía directamente de la industria, lo que atraía a la capital alavesa a muchas familias de otras comunidades autónomas en busca de un futuro mejor.

Muy cerca de allí, está la fábrica Michelin, que albergó una de las primeras huelgas del tardofranquismo en Vitoria-Gasteiz, que fue la antesala de la oleada de protestas del 76.

El memorial advierte de que nadie podía prever entonces que los trabajadores de Vitoria iban a protagonizar un movimiento prácticamente «insurreccional» que terminaría en sangre. La situación política de España estaba marcada por la exigencia de cambios políticos y sociales.

También recuerda el papel protagonista que jugaron las mujeres en el movimiento huelguístico de Vitoria-Gasteiz, ya que llegaron a organizar un partido de fútbol femenino -algo inédito en la época- para recaudar fondos con los que abrir cajas de resistencia.

Cuando las cosas se pusieron duras y el Gobierno trató de acabar con las huelgas, «las obreras de Vitoria destacaron por su espíritu de lucha y capacidad de resistencia».

La iniciativa organizada por la Asociación 3 de Marzo cuenta cómo aquellas mujeres del 76 de Vitoria empezaron a ganar peso como sujeto político y consiguieron crear una red de ayuda que se extendió por bares y comercios de toda la ciudad.

También advierte de que si no hubiera sido por la lucha organizada de los vecinos y vecinas de Zaramaga, el barrio seguiría siendo «el lugar de la basura», su traducción al castellano.

Las visitas al memorial se prolongarán durante un año y tendrán lugar los sábados y dos días entre semana. EFE



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