El Gobierno Vasco ha previsto ya una serie de medidas presupuestarias y de crédito para hacer frente a un hipotético impacto de la crisis del coronavirus en la economía de la comunidad, algo que aún no se ha producido de manera relevante.

La consejera de Desarrollo Económico e Infraestructuras del Gobierno Vasco, Arantxa Tapia; el de Hacienda, Pedro Azpiazu, y la de Turismo, Sonia Pérez, se han reunido con representantes de las patronales vascas, de las cámaras de comercio y de organizaciones sindicales.El objetivo de esta reunión era analizar conjuntamente las repercusiones en el mundo económico y empresarial de la epidemia del coronavirus en Euskadi.

Tras la reunión, Azpiazu ha explicado que la importancia del impacto del COVID-19 en la economía vasca dependerá de la duración de la crisis sanitaria y de su intensidad.

Ha precisado que los impactos principales llegarán a la economía vasca desde el exterior, pero ha advertido de que a ellos se puede sumar la «crisis de confianza», sobre todo si la situación sanitaria se alarga en el tiempo.

El Gobierno Vasco ha trasladado a los agentes económicos una visión «no alarmista» de la situación porque, hasta el momento, no está habiendo un problema importante en la economía, aunque se ha previsto un escenario más negativo que el actual.

En este sentido, el Ejecutivo de Vitoria ha explicado que se encuentra en una situación «relativamente cómoda» para poder afrontar las necesidades que surjan gracias a la política de reducción del endeudamiento llevada a cabo en los últimos años.

Como medidas concretas, el Gobierno contempla la posibilidad de una financiación «discrecional» de los gastos del Departamento de Salud y hacer frente a los «mecanismos estabilizadores» de los presupuestos destinados a ayudas sociales como la RGI.

También ha contemplado la posibilidad de que las empresas se vean perjudicadas por esta crisis sanitaria, lo que podría conllevar retrasos y aplazamientos en los ingresos públicos a través de impuestos, algo que se podría compensar con un mayor endeudamiento.

Ante ese hipotético escenario negativo en el que se pudiera dar una restricción del crédito, el Gobierno prevé líneas de financiación a las empresas, reforzando las ordinarias e, incluso, creando líneas extraordinarias.

Por último, valoraría orientar una parte sustancial del superávit presupuestario de 2019 para la realización de inversiones que impulsen la actividad y que potencien los efectos de respuesta a una bajada de esta.

La consejera Arantxa Tapia ha insistido en que a día de hoy la incidencia del coronavirus en la actividad productiva no ha tenido un reflejo claro y medible.

Para analizar en concreto la situación de los sectores industriales, el Gobierno Vasco mantendrá el próximo viernes un nuevo encuentro con el conjunto de clúster que representa a la mayoría del tejido empresarial de Euskadi.

En esta reunión está previsto que se analice la actividad industrial, especialmente en lo relativo a una posible falta de suministro de materiales como consecuencia de la paralización de la actividad en China e Italia.

Además, el Gobierno Vasco ha convocado para el jueves una mesa del turismo en la que, según ha adelantado la consejera Sonia Pérez, presentará al sector un protocolo de actuación específico, referente a las cancelaciones de viajes y consultas, principalmente.

El presidente de la patronal vasca Confebask, Eduardo Zubiaurre, ha dicho que la reunión ha sido «muy positiva» porque ha servido para preparar un posible empeoramiento de la situación, ya que todavía «no ha llegado una afección importante» a la actividad económica.

Los empresarios han pedido al Gobierno la elaboración de protocolos de actuación relativos al tratamiento de mercancías que lleguen desde el exterior y a políticas de personal. EFE



1 Comentario

  1. La mejor medida es bajar los impuestos a los que trabajan y a los que crean y mantienen puestos de trabajo. Y dejar de subvencianar chiringuitos y dedicar nuestro dinero a nuestra salud.

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