El pamplonica Urko Berrade colocó el triplete en el casillero del Kern Pharma con una victoria en solitario en la decimoctava etapa de la Vuelta disputada entre Vitoria y Maeztu, de 179,3 kilómetros, en la que resistió con el maillot rojo el australiano Ben O’Connor y Mikel Landa se hundió de la quinta a la décima plaza de la general.
No hubo dos sin tres y el Kern Pharma, equipo continental que corre como invitado en la Vuelta y que ya tenía dos triunfos con Pablo Castrillo en Manzaneda y Cuitu Negru, hizo el «hat trick» con un chico nacido en Pamplona hace 26 años: Urko Berrade, capaz de atacar a 5 km de meta y de llegar en solitario a la pequeña localidad alavesa de Maeztu para celebrar su primer éxito como profesional.
Berrade, en presencia de su pareja y familia, salió en la foto del ganador, entrando en meta solo, con un tiempo de 4h.00.52, a una media de 43,3 km/hora. Dejó a sus compañeros de fuga a 4 segundos, con el suizo Mauro Schmide segundo, y otro Kern Pharma tercero, el esprinter Pau Miquel. Fiesta del cuadro navarro a un paso de su casa.
Dentro del ‘top ten’ de la etapa entraron el local Oier Lazkano, Ion Izagirre y Pablo Castrillo. El grupo principal con los favoritos entró en meta a 6.40. Solo faltaba Mikel Landa, quien se dejó 3.20 minutos y descendió al décimo puesto de la general. El gran derrotado de la jornada en su propia casa.
Un día más resistió el australiano O’Connor abrazado al maillot rojo, tal vez por último día ante la llegada de las etapas claves de montaña este fin de semana. Momentos decisivos en los que entrará con 5 segundos de ventaja sobre Primoz Roglic, 1.25 respecto a Enric Mas, con Carapaz a 1.46, Gaudu a 3.48 y Carlos Rodríguez es sexto a 3.53.
Luz verde de los favoritos a una fuga multitudinaria
Etapa cien por cien alavesa, propicia para la fuga, y con opciones para los velocistas con aptitudes escaladoras. De entrada se impuso la primera opción del guión con una expedición masiva de 42 corredores, idónea para que los hombres de la general reservaran fuerzas para un fin de semana explosivo y decisivo con Moncalvillo, Picón Blanco y la crono de Madrid.
Delante se metieron el rey del esprint, Kaden Groves, Lazkano, Soler, Castrillo, Herrada, Izagirre, Vlasov, el mejor clasificado a 24 minutos, Narváez, McNulty… un grupo de calidad que poco a poco fue gestionando la victoria entre ellos. La marabunta coronó el Alto de Rivas de Tereso (2a, 11,1 km al 3,4) con 4 minutos de ventaja.
El grupo cabecero se fue alterando entre los dos puertos del día. Los suizos Kung y Schmid y el checo Vacek abrieron las hostilidades adelantándose al resto, pero en el ascenso al Puerto de Herrera (1a, 5,6 km al 8,3) los ataques iban cambiando el decorado en cada curva.
De nuevo atacó Marc Soler cerca de la cima. El catalán ganador en Lagos de Covadonga coronó en cabeza y se convirtió en nuevo líder de la montaña. Por detrás, en el sector de la alta jerarquía, Carapaz marcó un ritmo que puso contra las cuerdas al líder O’Connor y a Mikel Landa, ambos descolgados.
En la bajada O’Connor logró enlazar con Roglic, Mas, Carapaz y Gaudu, no así Landa, en serios apuros y poniendo en peligro la quinta plaza de la general. El EF, Groupama-FDJ y Movistar unieron voluntades para aumentar la pérdida de Landa, que era de 2.30 minutos respecto a los hombres de las general a 15 de Maeztu.
Berrade sorprende y logra el triplete del Kern Pharma, Landa se hunde
Doce hombres sin piedad delante por el triunfo de etapa en Maeztu, pequeño enclave en el sur alavés, a las puertas del Parque Natural de Izki. Un hombre de la tierra, Lazkano, entre ellos, y ausencia en el grupo que perseguía a 7 minutos de Landa, hundiéndose en casa de manera inexorable.
Tenían que llegar los ataques. Cada uno con su carta marcada. La presencia de un esprinter como Pau Miquel invitaba a la mayoría a decidir la etapa en la recta de llegada. Por eso atacó el veterano neerlandés del Visma a 6,5 de meta, sin ningún éxito, ya que salió a su rueda Urko Berrade.
Mientras el resto se quedaba mirando, ya con las fuerzas mermadas, el navarro residente en Barcelona, donde trabaja su pareja, y compañero de entrenamientos de Pau Miquel, se lanzó directo a por su estreno como profesional a 5.000 metros de la localidad alavesa.
Ya no miró atrás, sacó todo lo que tenía dentro y atravesó la línea brazos en alto culminando la semana fantástica de su equipo y un sueño de esos que persigue cualquier profesional.
Berrade se cayó en Eslovenia, pasó el proceso de recuperación, pero su coraje y una concentración en Sierra Nevada le dieron bríos para llegar en forma a la Vuelta. Sigue la fiesta del Kern Pharma, revelación de la Vuelta 2024.
Este viernes se disputa la decimonovena etapa entre Logroño y el Alto de Moncalvillo, de 173,2 km. Penúltimo final en alto de la 79 edición de la Vuelta, con el ascenso al pico riojano (1a, 8,6 km al 8,69). Antes, a mitad de recorrido, el Puerto de Pradilla (3a, 5,2 km al 4,8). Jornada no exenta de la posibilidad de sorpresas. EFE
Lazkano: «Siento rabia, me puse nervioso en el último repecho»
«La verdad es que tengo sensación de rabia. Estaba en casa, conocía el terreno y intenté rematar la faena, pero a destiempo. Me puse nervioso en el último repecho, tal vez salté demasiado tarde y luego me fallaron las fuerzas y tuve que esperar por detrás. De todo se aprende y espero sacar conclusiones para la próxima vez», dijo Lazkano en meta.
Un lance que le costó al ciclista alavés el hecho de poder jugar sus bazas en sus dominios.
«Hay que sacar conclusiones de este lance. Hay que saber mantener la sangre fría y pensar, y la próxima vez intentar hacer las cosas de otra manera. Quiero felicitar a Urko Berrade y al Kern Pharma por esta victoria merecida», concluyó.
Urko Berrade: «No me lo creía hasta la recta de meta»
«He visto un momento de ‘impasse’ y, como éramos mayoría en el grupo, he intentado anticiparme y luego mis compañeros me han ayudado mucho, pero no me lo creía hasta 100 metros de meta. Aunque esta vez no me han pillado», dijo en meta el navarro, lleno de felicidad como todo su equipo.
«Es un sueño, no nos lo creemos y no queremos volver a la realidad. Pero esto no es casualidad, el producto del trabajo de todo el equipo. Cada día nos superamos, es increíble», subrayó el ganador en la meta de Maeztu, en el Parque Natural de Izki.
Berrade, para el que el triunfo ha sido «un cúmulo de emociones», ha dedicado la victoria a su «familia y a Manolo (Azcona)», el dirigente del equipo recientemente fallecido.
«Si nos lo hubiesen dicho antes de empezar la Vuelta no nos lo hubiésemos creído ni de coña», dijo ante el rendimiento de su equipo, que suma ya tres victorias.
«Hemos hecho una buena concentración en Sierra Nevada y toda la preparación ha ido enfocada hacia la Vuelta. Y tener calma cuando no han acompañado los resultados ha sido importante», desveló el corredor que reside y entrena en Barcelona porque en la capital catalana «trabaja» su pareja.
Cuando le han pedido definirse como corredor, el navarro dijo que: «ahora que he perdido unos kilos me siento a gusto en las subidas». «Sprinter no soy pero en lo demás me siento bastante bien», aseguró. EFE
Pues no puede alegar que no conocía el terreno.
34 años…no hay mas preguntas señoria.