Los okupas de las viviendas municipales de la avenida de Olárizu de Vitoria han reclamado al Ayuntamiento de la ciudad que paralice el desalojo de las mismas hasta que se resuelva definitivamente la vía administrativa y judicial.
El pasado 29 de enero el consistorio comunicó a los vecinos de estas viviendas que había desestimado las 35 alegaciones que presentaron, por lo que se iba a notificar la orden de desalojo.
Una portavoz de los okupas ha explicado este viernes que el Ayuntamiento está intentando aprovechar el cambio de titularidad del inmueble para que legalmente no conste el tiempo que llevan viviendo en las casas, un tiempo en el que, ha explicado, han trabajado «duro» para hacer de este espacio «algo digno para vivir».
Ha anunciado que van a presentar recursos de reposición en el plazo de un mes marcado legalmente contra el rechazo de sus alegaciones y ha considerado «totalmente incoherente» que el Ayuntamiento marque un plazo de ocho días para abandonar las viviendas.
Por ello han solicitado la intervención de la Síndica o defensora del vecino de Vitoria para que se paralice el procedimiento de desalojo hasta que se resuelva la vía administrativa y judicial.
Además, han denunciado las soluciones que se les han ofrecido desde los servicios sociales municipales porque la única alternativa habitacional ofrecida a las 58 personas que ocupan las viviendas es el albergue municipal, «en el mejor de los casos».
Pagar alquiler
«Nunca nos hemos negado a pagar un alquiler que se adapte a nuestras condiciones económicas, lo que solicitamos es el realojo en viviendas adecuadas a nuestras necesidades familiares, pagando el precio de alquiler social que corresponda», ha añadido.
Por último, ha afirmado que se sienten «víctimas de coacción institucional» al haber sido «despojados vilmente de los servicios municipales de agua y acceso a la luz» y «abandonados en pleno confinamiento de esta pandemia mundial sin ningún tipo de ayuda por parte del departamento de Políticas Sociales». EFE
Vamos gente arrear….. y dirigiros a los servicios sociales … que allí entre otras cosas os darán ayudas básicas (higiene y salud), educación, becas, alojamiento, manutención, formación, apoyo de búsqueda de empleo, asistencia para la busqueda de ayudas de diferentes administraciones, educación sexual de planificación familiar y anticonceptiva, asistencia en igualdad de genero, recomendaciones y conocimientos de convivencia y diversidad, apoyo psicológico, ayuda de integración social, programas de reinserción, programas de rehabilitación de drogas y alcohol, apoyo para familias desestructuradas, acompañamiento, acogida y servicio de traducción, apoyo para la regularización de situación de inmigración, asesoramiento legal y laboral…..POR DIOS APROVECHARLO QUE PARA LAS SITUACIONES COMO LAS VUESTRAS ESTA!!!!!!
Es de chiste, supongo que plantearán pagar el alquiler con el dinero social que les regalemos desde las Instituciones Vascas.
«condicionesquiler que se adapte a nuestras condiciones económicas» ¿Cuanto es? Será 30 pavos/mes?
Nada, la Sindica arregla cualquier problema, discrepancia o desencuentro. Lo digo por experiencia personal. Bueno, me dió una «larga cambiada», por decirlo en términos taurinos, o «verdes las han segado» en términos menos taurinos.
En la p… calle es donde tienen que estar esta gentuza y parasitos de la sociedad ocupan casas que no son suyas y encima sin pagar un duro. Sinverguenzas pagar impuestos como hace la gente normal
un poco de historia
La ley de vagos y maleantes fue una ley del Orden Penal español de 4 de agosto de 1933 aprobada por las Cortes de la II República1 referente al tratamiento de vagabundos, nómadas, proxenetas y otros comportamientos considerados antisociales y que posteriormente fue modificada por la dictadura franquista para reprimir también a los homosexuales.2 También conocida popularmente como la Gandula, la ley fue aprobada por consenso de todos los grupos políticos de la Segunda República para el control de mendigos, rufianes sin oficio conocido y proxenetas.
A estos memos incapaces que utilizan dos varas de medir:
– una exigente para los ciudadanos y
– otra permisiva para quien se salta la Ley día tras día,
decirles que o bien actúan ya de una vez, sin contemplaciones ni avisos ni más plazos o tengan la decencia de DEJAR SUS CARGOS PÚBLICOS A OTROS QUE SEPAN CÓMO ACTUAR.
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