La plantilla de Elecnor Telecomunicaciones, subcontrata de Telefónica, ha llamado a una huelga indefinida a partir del 9 de diciembre si la dirección de la empresa no se sienta a negociar unas condiciones dignas para los trabajadores.
Este viernes los empleados de esta empresa han celebrado la cuarta jornada de huelga que, según ha informado en una nota el sindicato LAB, ha sido un «éxito», y se han concentrado para denunciar su situación laboral frente al edificio de Telefónica en el barrio vitoriano de Lakua y después en la tienda que esta empresa tiene en la plaza General Loma, en el centro de la capital alavesa.
En el transcurso de esta jornada reivindicativa, los trabajadores han decidido «subir el tono de su protesta» y han acordado convocar un quinto día de huelga el próximo 22 de noviembre y, si la empresa «no toma medidas para encauzar la situación y negociar unas condiciones dignas para la plantilla», a partir del 9 de diciembre darán comienzo una huelga indefinida.
LAB ha denunciado que durante años en la empresa «ha imperado la política del miedo, con horas extra no pagadas y obligadas, guardias no pagadas, sueldos congelados y discriminaciones» y que la plantilla se «ha hartado y ha gritado ‘basta'».
Según esta central, la empresa alega motivos económicos para no llevar a cabo mejoras que dignifiquen las condiciones de la plantilla, pero «esconde» que solo durante 2018 «se repartieron entre sus amigos 28 millones de euros».
LAB añade que el «fuego que ha prendido en Álava se está expandiendo» y recuerda que esta semana se ha celebrado en Vitoria la primera reunión de los representantes de los trabajadores de las subcontratas de Telefónica y de esta propia empresa de telecomunicaciones que pertenecen a los sindicatos ELA ESK y LAB, y que en ella han compartido diferentes propuestas y han comenzado a preparar acciones coordinadas que se darán a conocer próximamente.
La central ha censurado la «precariedad imperante» en la empresa y las «ansias de dinero de unos privilegiados», algo que LAB dice que no puede «de ninguna manera pasar por encima de los trabajadores». EFE
