Opinión por Álvaro Martínez
Eh Bildu deberá vestirse de Papa Noel en Vitoria y Álava para cumplir con su objetivo de echar al actual alcalde de su puesto. De Papa Noel, Olentzero o Rey Mago, que lo mismo da. En definitiva que tendrá que hacer unos cuantos regalos al PNV para conseguir su objetivo anti-Maroto.
Los nacionalistas movieron ficha ayer: no vale un acuerdo anti personas, debe haber consensos programáticos y de gestión. Ya decíamos que el PNV tiene al más listo en sus filas (Andoni Ortuzar) y que tarde o temprano aparecería la genialidad. Si no fue antes, tenía que ver con su objetivo de que Bildu se desgastara repitiendo y repitiendo el mismo mensaje.
El PNV ha pedido a la izquierda abertzale que renuncie a la Diputación Foral de Álava, en ese hipotético acuerdo que puede alcanzar con Podemos para descabalgar a Ramiro González. Aunque los de Pablo Iglesias ya han dicho esta mañana que no. Aunque las dudas siguen.
Y también le pide un ejercicio de responsabilidad en la gestión. ¡Que ya era hora, por cierto, que alguien se ocupará de lo verdaderamente importante: el día a día de los ciudadanos!
Bildu además de renunciar a la Casa Foral tendrá que entender que el acuerdo dura cuatro años y que no vale pensar tener agarrado de los machos a los candidatos nacionalistas. Que deberán mojarse en el día a día. Y las distancias en los modelos entre ambos son muchas.
A bote pronto se nos ocurren: aceptación del tren de alta velocidad, ritmos más lentos consensuados con el Gobierno de Urkullu en materia de derecho a decidir, olvídese de recogidas de basuras puerta a puerta, renuncias a aumentar la presión fiscal a las empresas….
Algo falla en esta entente. Si Urtaran se presenta, Larrion le apoya. Si Larrion se presenta, Urtaran no le vota.
Y mientras Ortuzar, tranquilo, acariciando a su gatito en el sofá de su casa y teniendo a todo el mundo «in albis». Y es que a algún político le puede dar un patatús de aquí al sábado. De los suyos también, no crean que solo en el PP o Bildu.