Opinión Norte Exprés

La Diputación Foral de Álava está viviendo la peor semana de la legislatura. El caso de la presunta red de prostitución que afecta a menores tutelados por ella, ha generado una crisis sin muchos precedentes.

Habría que remontarse a marzo de 2010 para recordar algo de semejante magnitud. Fue cuando la policía detuvo al diputado foral Alfredo de Miguel por el supuesto cobro de comisiones.

Desde entonces hasta hoy ha habido problemas lógicos del día a día, pero no como los que se están viviendo ahora.

El diputado general lo está pasando mal. Está apocado. Superado por los acontecimientos.

Ayer abandonó su famoso atril para sentarse en la mesa como antaño. Y tenía mala cara. Muy mala.

Le falta liderazgo. Se está dejando superar por los acontecimientos. Hace todo lo contrario a lo que hizo el Gabinete de Xabier Aguirre en el caso «de Miguel».

Aún está a tiempo de liderar. Empezando por la ejecución de responsabilidades políticas. A alguien le tiene que costar el puesto.

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