Sobre las ocho menos cuarto de la tarde, la Ertzaintza recibía el aviso de una mujer, quien daba cuenta de que un individuo, al que describía, le acababa de robar un collar de oro cuando se encontraba sentada en una terraza en la calle Domingo Beltrán.
Instantes después, recibía también la llamada de un particular, quien informaba de que había sido testigo del robo en cuestión y que había seguido al sospechoso, dando cuenta así de que en ese momento se encontraba en la calle Aldabe en compañía de otros hombres.
Al poco, una patrulla de la Ertzaintza contactaba con este comunicante, quien indicaba a los agentes el grupo de hombres y señalaba al presunto autor del robo.
Así, los ertzainas interceptaban al sospechoso, identificándolo como un varón de 18 años de edad y realizándole un registro preventivo, en el que no encontraban el collar. Por todo ello, tras realizar las oportunas comprobaciones, procedían a su arresto bajo la acusación de un delito de hurto y a su traslado a dependencias policiales.
Esto para los inteligentes que critican a la policía de balcón. Ojalá hubiera
muchos más, salvo cuando les roban a dichos inteligentes.