EFE).- Un total de 19 aves han muerto en distintos parques de Vitoria por un brote de botulismo tipo C, una enfermedad paralizante y letal causada por una neurotoxina que produce la bacteria Clotridium botulinum.
La directora de Medio Ambiente de la Diputación Foral de Álava, Amaia Barredo, ha informado hoy de que la primera ave afectada, un ánade azulón, fue hallada el domingo, día 21, en el Parque del Norte.
El ejemplar fue evacuado al centro foral de recuperación de Martioda, donde sigue recuperándose y evoluciona favorablemente.
Al día siguiente, lunes 22, se encontraron cinco aves muertas en el Parque de Arriaga y en la balsa de Arkaute de Salburua: dos ánades azulón, una gallineta común, una gaviota reidora y una cerceta común.
El martes 23 se recogieron diez aves muertas (gallinetas, ánades y focha común) en las bases de Arkaute y Betoño de Salburua; así como un ánade azulón en el Parque de Arriaga, que fue rescatado con vida y evoluciona de manera favorable.
El miércoles el número de aves muertas en Salburua se redujo a cuatro, entre ellas una garza imperial, una especie de especial interés; y ayer jueves se recogió un ánade friso que está vivo y ha ha empezado a recibir tratamiento.
En total, han sido 22 las aves afectadas, de las que 19 han muerto. Los laboratorios de Neiker del Gobierno Vasco han confirmado esta misma mañana que se trata de un brote de botulismo tipo C, una enfermedad que sólo afecta a aves y pequeños mamíferos y que no tiene incidencia en la salud de las personas, por lo que la directora foral ha hecho un llamamiento a la tranquilidad.
El botulismo surge en entornos de escasez de lluvias, altas temperaturas y poco oxígeno en el agua. Los ejemplares muertos por esta enfermedad son uno de los principales focos de propagación de la enfermedad, por lo que su retirada temprana es clave para frenar el brote.
El año pasado 54 aves murieron por botulismo en el mes de julio en Vitoria y en 2014 los ejemplares fallecidos fueron 739 durante un brote que duró dos meses.
En previsión de que este año pudiera ocurrir algo parecido la Diputación dispuso en junio un sistema de alerta temprana para detectar aves muertas. Esta red de «vigilancia exhaustiva» se mantendrá activa hasta que el riesgo disminuya, ha precisado Barredo.