Llorón o meón. Al patrón de Álava también se le conoce vulgarmente como el santo que trae la lluvia.
Una fama injusta, que contradicen los datos recogidos por Euskalmet y Aemet, las agencias vasca y estatal de Meteorología. Desde 1978 sólo ha llovido una decena de veces aproximadamente durante el 28 de abril. En el mayor chaparrón se recogieron casi 12 litros por metro cuadrado y de seis de la mañana a 12 del mediodía llovió sin parar. Lo peor de la tormenta coincidió con la salida de la tradicional misa en Armentia.
Otros años, en cambio, ha sido más necesaria la sombrilla que el paraguas. El 28 de abril de 2005 es el día de San Prudencio más caluroso que se recuerda. El termómetro que Euskalmet tiene en la estación meteorológica de Vitoria, a la sombra, marcó una temperatura máxima de 27 grados a las cuatro y veinte de la tarde.
Once años antes, en 1994, el mercurio también llegó hasta los 26 grados. Dos excepciones, ya que la temperatura media de los últimos 30 años en el día de San Prudencio ha sido de 12,5 grados.
Pero también ha habido que abrigarse para disfrutar la romeria. Y es que en el lado opuesto, sorprenden los seis grados bajo cero que se midieron el 28 de abril de 1980.