Nueva vivienda en Bilbao para enfermos mentales

Los jóvenes vitorianos echan en falta una mejor y mayor atención psicológica dentro de una sanidad pública de «calidad, gratuita y sin esperas tan largas entre sesión y sesión» tras reconocer un 41 % de ellos que se ha sentido emocionalmente mal durante la pandemia.

Esta es una de las principales conclusiones del estudio «Estado de la Salud Mental en la población joven de Vitoria-Gasteiz» impulsado por el consistorio de la ciudad entre enero y mayo de 2022 con los testimonios de 914 jóvenes de entre 12 y 30 años, de los que el 58 % eran estudiantes de ESO, el 24 % universitarios y el 19 % trabajaba.

Este estudio se ha llevado a cabo tras constatar el empeoramiento del bienestar emocional de los más jóvenes por la situación excepcional provocada por la covid-19, que han pasado más la mitad de los encuestados.

El 78 % reconoce este empeoramiento de la salud mental entre el colectivo, que asegura mayoritariamente que las medidas restrictivas que más le han afectado son el confinamiento total y no poder estar físicamente con amigos, parejas o familiares.

La mayoría manifiesta haber sentido bastantes veces durante 2021 preocupación y estrés, cree que la pandemia les ha privado de vivir experiencias propias de la edad que no van a recuperar y los sentimientos que más mencionan son los de «tristeza, soledad, miedo, culpa y aislamiento».

El 40 % de las propuestas aportadas por los encuestados se centran en la demanda de una mejor atención psicológica dentro de una sanidad pública de «calidad, gratuita y sin esperas». Reclaman además una mayor importancia para esta cuestión con la oferta de más talleres, charlas y sesiones grupales no solo para los jóvenes, sino también para el profesorado y las familias.

Hay chavales que plantean servicios de escucha psicológica, pero sobre todo piden que se les escuche cuando lo necesitan y que se les tenga más en cuenta. Hacen hincapié en la importancia del ocio en la salud mental , por lo que solicitan más instalaciones deportivas abiertas en las que poder socializar.

Y es que la mitad de los consultados aseguran conocer algún caso cercano cuya salud mental se vio afectada por la pandemia y el 30 % considera que puede desarrollar algún problema psicológico, mientras que el 41 % reconoce haberse sentido emocionalmente mal, de los que el 11 % pidió ayuda psicológica

En cuanto al consumo de tranquilizantes, somníferos y antidepresivos, el 86 % no los ha necesitado en el último año y dentro de los que sí lo han hecho, el 14 % los ingirió sin receta médica.

Más del 80 % cree que la pandemia puede afectar algo, bastante o mucho a su futuro y esta preocupación se incrementa en función de la cercanía de la salida al mercado laboral.

En cuanto al seguimiento de las clases durante la pandemia, el 78 % asegura no haber tenido problemas, pero el 59 % de los universitarios declara que su rendimiento académico y laboral ha bajado.

Los jóvenes vitorianos también lamentan haberse visto señalados por campañas y noticias en las que consideran que se ha proyectado una imagen de irresponsabilidad y de falta de empatía, lo que contrasta con las respuestas recibidas que dibujan «una juventud muy empática hacia sus mayores».

Por su parte, otros agentes consultados en este estudio, como los educadores, muestran una especial preocupación por el aumento del uso inadecuado y de adicción a las pantallas. EFE



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