La bandera de Vitoria instalada frente a la Catedral Nueva se deshace. Está rota en varias zonas fruto de los cambios de tiempo que afectan a la tela.
Hay que cambiarla. No se puede dar esa imagen y menos cuando van a llegar muchos turistas en la época veraniega y en fiestas patronales de la ciudad en breve.
Los hilos cuelgan ya con naturalidad de la enseña vitoriana.
El Ayuntamiento de Vitoria-Gasteiz renovó la bandera de la ciudad a finales de julio del año pasado. Era la segunda, puesto que se estrenó un año antes, en 2014, la primera.
La duración en condiciones es de un año aproximadamente, como ya se había previsto. En su momento el Consistorio compró dos. Las usadas.
Y se supone que ya habrá encargado la tercera para proceder a su cambio. Aunque conociendo al alcalde, igual también tenemos que cambiar de chip y acostumbrarnos a este modelo.
Si fuese la ikurriña Gorkita ya la hubiese cambiado (por el que dirán en el partido) pero la de Gasteiz que se pudra, ni la siente ni la ama, sólo siente el dinero y el sillón al que se aferra. Son chaqueteros.