El Cádiz celebró la permanencia en Primera División con los más de 500 aficionados que le acompañaron en el estadio Mendizorroza y que estallaron de júbilo tras el pitido final con la victoria de su equipo (0-1) y la salvación tras el empate del Granada.

La fiesta amarilla se prolongó durante varios minutos en el césped del coliseo vitoriano, en el que se escuchó el repertorio completo de los cánticos de unos seguidores que celebraron que seguirán un año más en la máxima categoría.

Los jugadores del Cádiz, que recibieron el apoyo de la afición albiazul, no dudaron en dar una vuelta de honor al terreno de juego para devolver con aplausos el reconocimiento que le brindó al final la grada local.

El exalbiazul Rubén Sobrino se llevó la mayor ovación de los vitorianos que se quedaron a vivir la fiesta amarilla, que no pudo frenar la tromba de agua que les acompañó al final del partido.

Los jugadores se animaron a seguir los cánticos de sus aficionados y acabaron entregando sus camisetas y celebrando con cerveza una permanencia que parecía imposible hacía dos semanas.

Sergio: «La recompensa es mayúscula»

El entrenador del Cádiz, Sergio González, indicó en rueda de prensa tras conseguir la salvación que “la recompensa es mayúscula” y confesó que todos habían soñado que la permanencia podía ocurrir y lo hicieron realidad.

El técnico explicó en rueda de prensa que tenían claro que había que ganar y reconoció que estuvieron “muy espesos” en la primera parte y que no fueron ellos. “En la segunda nos hemos parecido más a lo que hemos jugado últimamente”, apuntó el preparador, que sabían que si seguían así no podían salvarse. “En el descanso hemos hablado y hemos estado más equilibrados y completos”, opinó.

“En la primera mitad hemos tenido exceso de responsabilidad, jugábamos tres partidos en uno”, remarcó Sergio González, que dijo que se notó en que el Alavés ya no tenía esa baza de la salvación. “Hemos tenido capacidad de reacción y hemos estado a la altura de lo que nos estábamos jugando”, incidió el entrenador que no se olvidó del RCD Espanyol que logró el empate en Granada. “Le doy las gracias como un ‘perico’ más. Nos ha echado una mano”.

También agradeció a la afición que les acompañaran “en un momento complicado” y deseó que lo disfruten. “Los jugadores han estado a la altura de los recibimientos que hemos tenido en el Nuevo Mirandilla”, afirmó el técnico cadista, que intentó en todo momento que sus jugadores vieran “normalidad y confianza plena”.

“Les he dicho que ellos me habían convencido a mí que era posible la salvación”, reveló y admitió que “la permanencia era casi impensable hace un tiempo”.

“Hitchcock podía haber estado aquí los últimos 10 minutos”, dijo en referencia a lo que vivieron tanto en Mendizorroza con el penalti que finalmente no se decretó a favor del Alavés, además del penalti fallado por Jorge Molina, “un especialista”, y un palo al final del Granada.

“Ojalá no nos despertemos del sueño hasta dentro de mes y medio”, dijo el entrenador que reconoció que fueron cuatro meses “muy intensos” en los que los jugadores dieron “un paso adelante”. “Se merecen la permanencia”, concluyó. EFE



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