Se acabó el Jazz de Vitoria

Los versos de Kase O. rompieron este domingo los moldes de la 45 edición del Festival de Jazz de Vitoria que acabó, en el que hubo tiempo para la reivindicación y los discursos, mientras el maño dejaba patente los numerosos nexos en común que tienen el jazz y el rap en la mejor entrada de todas las jornadas del certamen vitoriano, donde ha habido muchos huecos en las gradas.

Aunque el antiguo miembro de Violadores del verso y su grupo subieron al escenario con 30 minutos de retraso, se ganó a sus seguidores con su primera intervención en la que aseguró que era “un sueño cumplido estar por fin en un festival de jazz” diez años después de sacar su disco «Jazz Magnetism», que fusiona dos estilos tan extremos y cercanos a la vez.

“Vamos a pasar calor”, prometió el aragonés a un Mendizorroza que se entregó al compositor, que también mostró sus dotes de bailarín al ritmo del saxo de Hugo Astudillo y la batería de Daniel Domínguez, que marcaron el paso a la guitarra de Daniel Comas, al bajo de Juan Pablo Balcazar y a la percusión Juan Berbín.

“A solas con un ritmo” abrió un concierto que fue de menos a más. Las primeras baladas mantuvieron al respetable sentado, como mandan los cánones del jazz, pero Javier Ibarra no dudó en animar al público a ponerse en pie y el repertorio cambió de ritmo.

Los primeros coros de la pista del pabellón vasco llegaron con “Esto no para”. “Mazas y catapultas” fue otro de los temas más aplaudidos, mientras que Kase dedicó su clásico “Que no hay alcohol” al DJ Jota Mayúscula, fallecido en 2020.

Hubo una gran conexión entre el público y uno de los iconos actuales del rap nacional en la gran mayoría de sus temas, que además de jazz, tuvieron toques de funk, bossanova, reguetton e incluso de salsa con el “Sopa de caracol”, antes de dar paso a tres bises con los que cerraron el concierto.

Kase se volcó en la tierra de su familia política. Rapeó a capela y se metió a su gente en el bolsillo, mientras el rap político también tuvo su espacio entre los mensajes que lanzó entre tema y tema.

“Renacimiento” puso el cierre a una noche que bajó la persiana del Festival de Jazz de Vitoria con un concierto diferente, que pudo marcar un punto de inflexión en el futuro y que confirmó que fue un acierto incluir al maño en la programación.



1 Comentario

  1. Ha habido poca gente , seria deseable que la implicación del departamento de turismo del gobierno vasco se implicase con el festival más de lo que lo hace.
    Una pregunta: cuanta gente va invitada? Políticos y demás fauna. Seria interesarle conocer la cifra
    Porque igual ha habido muchos asientos vacíos y parte de los llenos con gente que sobraba

Dejar respuesta