La Agencia Vasca del Agua (URA) invertirá 101 millones de euros hasta 2027 con el objetivo de reducir en un 40 % la población que vive en zonas vulnerables a inundaciones (actualmente son 250.000 personas) y en un 38 % los daños económicos potenciales derivados de estas riadas.
La consejera de Desarrollo Económico Sostenibilidad y Medio Ambiente, Arantxa Tapia; el director general de URA, Antonio Aiz, y la viceconsejera de Sostenibilidad Ambiental, Amaia Barredo, han presentado este lunes en rueda de prensa las «obras de defensa contra inundaciones» previstas en los próximos años.
«Por cada euro invertido en hacer frente a las inundaciones, se evita el gasto de 1,9 euros en reparación de daños», ha destacado la consejera. Por ello el Ejecutivo ha reservado 101 millones para 41 proyectos orientados a evitar riadas (10 en Bizkaia, 8 en Gipuzkoa y 6 en Álava) y ha pedido fondos al programa Next Generation para «acelerar» estas inversiones.
En Bizkaia se invertirán 48,5 millones hasta 2027 en localidades como Basauri, Abadiño, Busturia, Mungia, Erandio y varios municipios de las Encartaciones. En Gipuzkoa, con 33 millones, se actuará en Beasain, Ordizia, Azpeitia, Tolosa, Soraluze e Irun, entre otros puntos; mientras que los 19,4 millones de Álava se usarán en Vitoria y Llodio.
Este dinero se suma a los 92,6 millones invertidos entre 2015 y 2021 que han permitido reducir en un 18 % la población en zonas de riesgo y en un 16 % de los daños económicos potenciales en las cuencas del Cadagua en Zalla, el Ibaizabal en Galdakao y Basauri, el Gobela en Getxo, el Oria en Villabona, el Urumea en Martutene (San Sebastián) y Karabel (Hernani), y el Zadorra en Vitoria.
La consejera ha subrayado la necesidad de prevenir inundaciones mediante una política de ordenación del territorio y de usos de suelo que tenga en cuenta los riesgos naturales a la hora de planificar actuaciones. «Es imprescindible conciliar la política urbanística y la política hidráulica, y así reducir y evitar los riesgos de inundación», ha argumentado.
Pero ademas de trabajar en la prevención hay que «generar escenarios de inversión más ambiciosos en materia de resiliencia ante inundaciones» de manera que sea posible «aminorar la población expuesta a las crecidas y los daños potenciales asociados» a través de «obras de defensa» ante las crecidas de los ríos.
En la rueda de prensa también se han repasado los tres últimos episodios de inundaciones ocurridos en Euskadi, dos de ellos prácticamente consecutivos (a finales de noviembre y principios de enero de 2021) que afectaron de forma generalizada a la comunidad autónoma, aunque de manera especial a algunas cuencas.
Lo «extraordinario» fue sobre todo «la persistencia de la precipitación en el tiempo y el consiguiente volumen acumulado», que «superó ampliamente» los registros de este siglo XXI. En concreto, en los 21 días que duraron ambos episodios se alcanzaron los 500 litros por metro cuadrado de media, un «auténtico récord» de precipitación acumulada en un mes, con picos de 847 litros en Eskas y 695 en Añarbe.
Como consecuencia, el 28 y 29 de noviembre y el 9 y 10 de diciembre hubo inundaciones principalmente en las cuencas cantábricas, además del Zaia, Bayas y el Zadorra en la mediterránea.
En esos 21 días, el sistema de embalses de Ullibarri tuvo «entradas nunca antes registradas desde la existencia de los embalses», en concreto 185 hectómetros cúbicos, y se pudo retener «la mayor parte, lo que aminoró notablemente» la inundación que se hubiera dado en el Zadorra si no existieran embalses.
El tercer episodio de lluvias tuvo lugar a principios de enero y afectó sobre todo a la cuenca del Zadorra que se desbordó después de tres jornadas de precipitaciones que llegaron a 139 litros por metro cuadrado en Otxandio, en la cabecera del río Santa Engracia, afluente del Zadorra.