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Soletes de Guía Repsol. Ilustración: Luis Úrculo.

Un equipo de expertos en gastronomía repartidos por España ha seleccionado los 1.000 primeros Soletes, una nueva calificación que ha creado Guía Repsol, que pone el foco sobre todos esos locales que se recomendarían a un amigo, como chiringuitos, terrazas, heladerías, cafés, vinotecas, barras o tabernas, y que no entrarían en la categoría de alta gastronomía.

De esta manera, se han identificado Soletes en cincuenta provincias del país, con la «garantía de quien conoce la zona y los tipos de locales que abundan en ella». De ellos, 91 se encuentran en Euskadi. 16 en Álava, 25 en Bizkaia y 50 en Gipuzkoa.

Con este lanzamiento, la guía gastronómica responde a la demanda creciente por distinguir a tantos lugares desenfadados, que destacan por la buena comida, un buen ambiente y cercanía.

«Había una necesidad de poner en valor esos sitios que no te fallan y darles visibilidad. Son asequibles, cotidianos, los que tenemos en nuestros barrios, mercados o pueblos, y no aparecen en las guías gastronómicas y de viaje», explica a Efe María Ritter, directora de la Guía Repsol, que ha presentado la nueva categoría con un acto en el mercado de Vallehermoso de Madrid.

Bizkaia

Al plantearse como edición cuatrimestral, será un listado en constante cambio, «lleno de dinamismo, que se adapta a las ganas de la gente por probar y descubrir todo lo que es tendencia», ya tenga que ver con el resurgir de las raíces como por las propuestas jóvenes.

Por el momento, la Guía sólo ha destacado mil establecimientos de toda España, pero ya están trabajando «la tanda de otoño en la que se prevé que se reconozcan otros mil».

Los establecimientos seleccionados estarán señalizados por un Solete diseñado por el artista madrileño Luis Úrculo, quien también es el creador de los actuales Soles Repsol, unos galardones fabricados en cerámica esmaltada y pintados a mano.

En el caso de los Soletes se ha querido continuar con la misma línea gráfica, aunque la imagen cuenta con dos particularidades: el contorno difuminado y la sonrisa. EFE

Álava



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