Opinión por Álvaro Martínez

Queda justo un mes. Venimos diciendo hace tiempo que estas son las elecciones locales más divertidas de la historia de la democracia. A los partidos de siempre -a la baja- se han unido plataformas como Podemos, Ciudadanos… Además, hay más listos que nunca dirigiendo campañas en Vitoria. Y eso hace terriblemente atractivo cada movimiento que se produce. Vamos con los últimos días.

Un PNV hundido, pidiendo sopitas a Bilbao

Sopitas, S.O.S, o como se quiera llamar. El PNV de Vitoria no sabe como reaccionar al vendaval de EH BILDU y a la consistencia de Maroto. Mientras siguen con las cosa del «Kaixo», en la izquierda abertzale van ya en quinta marcha y no esperan a nadie. El PP sigue siendo el centro porque es el rival a batir, y ahí los conservadores están cómodos, ya que no van de remontada como antaño.

Así que el equipo de Gorka Urtaran y Ramiro González recurre a Bilbao como única salida. Que venga papá a ayudarme. Y claro, Andoni Ortuzar llega raudo y veloz. Vino el fin de semana, lo volvió a hacer ayer, y llega mañana. Empacho de bilbainismo.

Si esto es todo lo que tienen, vayan preparándose al sopapo. Puede ser épico. Aún están a tiempo de competir, pero con los de Bilbao como soporte estratégico único, lo llevan crudo. Un ejemplo: el alcalde presentó un proyecto de ampliación del tranvía hace varias semanas. Urtaran salió corriendo a decir que no, aquel día. Y ayer el nacionalista presentaba lo mismo prácticamente. Vaya descoloque.

EH BILDU, lanzado

Llevamos diciendo hace días que Miren Larrion y Eh BILDU han dado un paso adelante. Están siendo capaces de liderar su horquilla electoral todos los días y su crecimiento influye en la caída del PNV. Aquí están unos de los listos en estrategia. Siempre lo han sido, y ahora que tienen opciones mucho más.

PP, cómodo y tenso: debe arriesgar

Los de Maroto están cómodos. Larrion les ha molestado con el debate cara a cara. Estaban cómodos debatiendo con la izquierda abertzale, pero tampoco quieren máxima sangre. No vaya a ser que se pasen y les hagan más importantes de lo debido; piensan.

Pero tiene una parte positiva para ellos: a este paso, se van a convertir en la necesidad del voto útil del centro derecha y van a poder cortar las alas a Ciudadanos.

El problema que tienen es que no solo les vale ganar. Tienen que hacerlo con una diferencia suficiente para que el pacto que sobrevuela entre varios partidos (mínimo tres) sea más complicado. Deben arriesgar.

PSE, despierta

El Partido Socialista ha despertado. Es cierto, que sin muchas florituras, pero han llegado. Al estilo de sus candidatos, amables y en positivo. El desastre de Podemos les va a ayudar a remontar.

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