Ocurrió en el Polvorín Viejo este fin de semana.
Un menor se quedó atado con grilletes a una silla. Y la llave de apertura se rompió y no podía liberarse.
Así que los bomberos se trasladaron hacia allí para liberar al menor cortando los
grilletes con una cizalla y protegiendo el brazo.
¿Pero quién le puso los grilletes? Porque eso no se hace ni de broma. Si ha sido un menor, se merece una buena reprimenda, pero si ha sido un adulto habría que imponerle un duro correctivo del que no se olvidara en una buena temporada.